GMC Syclone: el pick up que era capaz de ganar a un Ferrari

GMC Syclone

Así se creó este modelo tan especial

Los pick up son habitualmente vehículos destinados al trabajo. Su popularidad es enorme en países como los Estados Unidos, donde su robustez y tamaño los hace perfectos para las zonas de campo. Sin embargo, no siempre son así y en ocasiones hay algunos con carácter deportivo. Entre ellos, el GMC Syclone fue uno de los pioneros.

Todo comenzó a finales de la década de 1980, cuando el Buick Grand National se dejó de producir. En aquel momento, la marca se quedaba sin un coche deportivo que ofrecer y entonces surgió la idea de crear un pick up deportivo. Así, en Buick decidieron montar el motor V6 de 3,8 litros de aquel coupé en un Chevrolet S-10 para crear algo distinto.

Esta peculiar combinación fue aderezada con detalles como unos nuevos emblemas y otras llantas. Con todo este ‘pack’, el proyecto se presentó a General Motors, pero en un primer momento no se le dio luz verde por diversas razones.

Buick Grand National

Una de ellas era el 454 SS de Chevrolet, otra de las marcas del grupo. Entonces, los ejecutivos de la compañía pensaron que la idea de Buick podía perjudicar las ventas de este otro modelo, que montaba un V8 de 7,4 litros bajo el capó. Sin embargo, dado que en este caso se presentaba una opción mecánica diferente, se acabó aprobando su desarrollo.

Eso sí, hubo condiciones. Una de ellas era que el pick up se produjera bajo la marca GMC, propia de General Motors. Asimismo, la fabricación debía ser realizada por Production Automotive Services, la empresa que fabricó poco antes el Pontiac Turbo Trans Am de 1989. 

Sin embargo, hubo una condición más: el motor. Para que todo saliera adelante, el bloque no podía ser el V6 del Grand National, sino un V6 turbo de 4,3 litros experimental. Este bloque desarrollaba unos 280 CV sobre el papel y se asociaba a un cambio automático de 4 marchas. Bajo estas premisas, el GMC Syclone empezaba a hacerse realidad.

Con su mecánica, este modelo era capaz de pasar de 0 a 100 km/h en unos 4 segundos y podía realizar un cuarto de milla en 14 segundos. En esencia, era más un coche deportivo con una caja en la trasera que un pick up, ya que se recomendaba no remolcar nada con él ni llevar demasiada carga, pero se acabó convirtiendo en un sleeper perfecto.

Más rápido que un Ferrari

Al fin y al cabo, parecía un GMC Sonoma, pero sus prestaciones eran muy respetables. Tanto es así, que en septiembre de 1991 el medio Car & Driver decidió enfrentarlo a un Ferrari 348ts en un cuarto de milla. El italiano hizo el recorrido en 14,5 segundos, pero el pick up lo hizo en 14,1

En velocidad punta, el Ferrari era superior, ya que se situaba en unos 275 km/h y el GMC se quedaba en unos 200 km/h. Aun así, el resultado no dejó de ser sorprendente, ya que no dejaba de tratarse de la lucha entre un pick up y un superdeportivo en aquel momento. Claro, que este era el pick up más rápido del mundo en ese momento.

Aquello le hizo ganar una gran popularidad al Syclone, tanto que muchos pasaron por alto el Typhoon, su gemelo. En esencia era lo mismo, pero se basaba en un GMC Jimmy, por lo que era más un SUV deportivo. Sea como fuere, el mayor peso de esta versión hizo que fuera algo más lenta.

Más allá de esto, los dos eran iguales y se caracterizaban por un gran rendimiento y una estética discreta. En ambos casos, recibieron nuevos paragolpes, llantas y una suspensión más baja. El interior, por su parte, también era convencional, pero contaba con detalles como unos asientos más deportivos y el cuadro de instrumentos del Pontiac Sunbird Turbo.

El interior del Syclone recibía detalles como asientos deportivos, volante de cuero y los relojes del Pontiac Sunbird Turbo.
El interior del Syclone recibía detalles como asientos deportivos, volante de cuero y los relojes del Pontiac Sunbird Turbo.

Asimismo, todos los GMC Syclone se ofrecieron solo en color negro, a excepción de algunas ediciones especiales. Una de ellas fue la que sirvió de premio para los ganadores del Marlboro Racing Contest de 1992. Solo hubo 10 unidades y estaban pintadas en color rojo, con la decoración de la empresa tabaquera. 

Por otra parte, hubo otras tres unidades que se destinaron a las 500 millas de Indianápolis de 1992, con una decoración especial. Entre ellas, una se convirtió en la PPG Syclone Pace Truck, que incluía detalles como una célula de combustible y una sirena.

Así, entre 1991 y 1992 se fabricaron 2.998 unidades del GMC Syclone en total. Solo tres se crearon en su segundo y último año de producción, y 150 de todas las ensambladas se exportaron fuera de los Estados Unidos. De estas últimas, unas 30 volvieron al país norteamericano tras no lograr venderse y se sortearon entre los trabajadores de la marca.

GMC Syclone 1991

Con un precio de 25.500 dólares cuando se comercializó, este pick up ofrecía la mejor relación precio-potencia del momento y captó la atención de personalidades como Jay Leno, que se hizo con una unidad que aún conserva. Luego llegaron modelos como el Ford F-150 Lightning, pero el Syclone siempre será uno de los más especiales, a pesar de su corta vida comercial.