Así es el McMurtry Spéirling: ¿el futuro de los coches de competición?

McMurtry Spéirling

Un coche avanzado, pero con bases tradicionales

Texto original de Ollie Kew

Un hangar polvoriento y en desuso tras la curva de Gambon en la pista de pruebas de Top Gear es un lugar poco llamativo para descubrir el que podría ser el futuro de los superdeportivos británicos, de los track days y del automovilismo. Sin embargo, aquí está: el McMurtry Spéirling.

Lo primero es lo primero: no es tan grande como crees. Este es un monoplaza que podría esconderse a la sombra de un Caterham. Imagina que coges un Batmóvil de la era Keaton y lo encoges. Sin embargo, debajo del papel de burbujas y de la puerta de ala de gaviota, hay espacio para un piloto de más 1,80 m.

Irá reclinado, eso sí, con las piernas levantadas por encima de la altura del suelo. Deberá colocarse en un asiento de carbono y mirará a través de una pantalla como si navegara en un submarino para un solo hombre. En lo que respecta a los entornos de conducción, este es un coche de carreras puro.

Ese es el plan: crear una serie de competición para estos coches. Y por ahora, las estadísticas del prototipo son prometedoras. Gracias a su construcción íntegramente de carbono, el Spéirling – ‘Tormenta’, en irlandés- pesa poco menos de 1.000 kg, y cada kilo tiene su caballo de potencia. Sí, hablamos de cuatro cifras, gracias al motor colocado en cada rueda trasera.

La velocidad máxima, según lo decretado en los mandamientos de los superdeportivos, va más allá de los 320 km/h, pero la forma de llegar hasta ahí va más allá de los límites. El McMurtry pasa de 0 a 300 km/h en 9 segundos. Para ponernos en contexto, un Rimac Nevera tarda 11,8 segundos; y un Bugatti Chiron Super Sport, 12,1 segundos. 

La aerodinámica y la ligereza como puntos clave

El tamaño es además parte de la filosofía de McMurtry. Un coche pequeño es un coche ligero, mientras que un área frontal modesta limita la resistencia al aire. La aerodinámica es útil para la autonomía y la velocidad, lo que se ve favorecido por una masa baja. Todo es circular, al fin y al cabo.

Es posible que hayas notado la falta de un alerón trasero, lo que podría parecer un problema. Sin embargo, el McMurtry Spéirling es un coche-ventilador: dos turbinas eléctricas colocadas tras la cabina succionan aire bajo el chasis y lo expulsan por un 'escape' central trasero a 120dB. Este no es un coche eléctrico silencioso, sino uno que suena como un avión de combate.

El resultado de la fuerza aerodinámica asistida por ventilador es que no es necesario ir rápido para obtener algún beneficio. ¿Cómo te agarran unos 500 kg desde 0 km/h?

Todo esto se suma a una batería en forma de U que ofrece 60 kWh de capacidad y puede soportar entre 30 y 60 minutos de funcionamiento a toda velocidad, según el clima y el circuito. Si se sometiera al ciclo WLTP de coches de carretera, superaría los 480 km de autonomía.

Inspirado en la aviación y el mundo animal

El McMurtry es una creación del irlandés Sir David McMurtry, quien trabajó en los motores supersónicos Rolls-Royce Olympus del Concorde. El logotipo de su empresa, que adorna la aleta caudal de Spéirling, es un halcón peregrino.

Esto no es casualidad. Este fenomenal cazador intercepta a su presa a velocidades de más de 320 km/h y ha desarrollado deflectores naturales en sus fosas nasales para evitar que sus pulmones estallen con la presión del aire. 

Sin duda, es algo interesante, aunque los fanáticos de los aviones sabrán que los motores de Concorde requerían de medidas similares para absorber un viento en contra de Mach 2. Las elegantes soluciones de ingeniería a menudo se inspiran en el mundo natural, ya sabéis.

El equipo de McMurtry calcula que el Spéirling estará listo para las pruebas de conducción en el próximo verano de 2022, con una serie de competición como siguiente punto en la lista de tareas pendientes. Si crees que el aumento reciente de superdeportivos eléctricos de 2.000 CV es un poco excesivo, este podría ser el momento Caterham o Elise de estos vehículos. 

McMurtry Spéirling

Además, este es un superdeportivo limpio en más de un sentido. Cuando esos ventiladores crean un huracán localizado de categoría cinco, cabe destacar que hacen un trabajo muy eficiente al eliminar el polvo de un viejo hangar en ruinas. No es una mala cualidad, después de todo…