El misterio de la desaparición de los radares de velocidad suecos

Radar DGT

Gustavo López Sirvent

Hay una oleada de robos que apuntan como culpable a Rusia

Por segunda vez este año, se ha producido una oleada de robos en las carreteras de Suecia. ¿El objetivo? Las cámaras que están dentro de los dispositivos automáticos de aplicación del límite de velocidad. Este hecho ha llevado a pensar a algunos expertos que Rusia está financiando esta avalancha de hurtos.

Suecia comenzó a instalar cámaras de velocidad en 2006 a lo largo de los caminos rurales y, desde entonces, las costosas piezas de tecnología no han sido tocadas en gran medida. Aun así, de vez en cuando, algún conductor cabreado derriba un poste o pinta con aerosol la lente de la cámara de velocidad. 

Pero de ahí a meter mano ajena a los radares, dista un abismo. Las autoridades suecas no habían visto robos de la tecnología dentro de las máquinas hasta el pasado mes de agosto.

Según The New York Times, en agosto se destruyeron hasta 70 radares de tráfico en tan sólo ocho días. Los robos han vuelto a aumentar en octubre y, según SVT.se, casi 150 radares de tráfico han resultado dañados en los últimos dos meses.

Ese es un problema que va a afrontar de manera inminente el gobierno sueco, ya que la Administración de Transporte de Suecia informa que cada cámara que van a reemplazar cuesta alrededor de 250.000 SEK (22.900 euros al tipo de cambio actual).

Sin embargo, el aluvión de saqueos puede tener mayores implicaciones. A diferencia de esos primeros actos de vandalismo, esta reciente ola de robos se ha centrado específicamente en las cámaras dentro de las unidades de control de velocidad, dejando atrás otros equipos de alta tecnología como el sensor de radar y el procesador.

El grado en que los robos se han dirigido a las cámaras ha llevado a los expertos a reflexionar sobre cuál es el motivo detrás de estos delitos. Algunas fuentes ya están señalando con el dedo a Rusia, cuya invasión de Ucrania ha dado lugar a sanciones tecnológicas en su contra.

“Los ladrones vienen de alguna parte, pero los compradores vienen de otra parte”, dijo Lars Wilderang, autor y bloguero militar, al New York Times. “No haces este tipo de grandes robos sistemáticos a menos que tengas a alguien ordenando los productos”.

Los expertos sugieren que Rusia podría estar colocando las cámaras (unidades Nikon personalizadas) en equipos militares como drones. Mientras tanto, el Ministerio de Defensa de Ucrania afirma que drones improvisados ​​rápidamente con cámaras Canon y botellas de plástico convertidas en tanques de combustible han participado en ataques en su contra, según Aftonbladet .

Sin embargo, las autoridades suecas no han confirmado el vínculo entre los robos y el ejército ruso. Por un lado, las lentes utilizadas en las cámaras de velocidad no son ajustables y solo pueden enfocar algo a 15 metros de distancia de ellas. Mientras tanto, la policía sueca dice que no quiere especular sobre lo que sigue siendo una investigación abierta.

“Hay mucha especulación en marcha. No queremos especular sobre los motivos”, dijo un portavoz de la policía. “Estamos haciendo una investigación preliminar y veremos de qué se trata. No podemos descartar que haya más detenciones”.

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