Hace meses que la normativa Euro 7 de emisiones de la Unión Europea está dando que hablar. En principio, esta regulación plantea restricciones mucho más duras a los vehículos de combustión -especialmente, a los diésel- con el objetivo de ir hacia el coche eléctrico. Sin embargo, aún se están produciendo cambios. ¿Puede la normativa Euro 7 acabar con los coches diésel?

En la actualidad, la oferta de coches con este combustible en el mercado no es tan extensa como hace años y no va a crecer. Al fin y al cabo, se ha decretado la prohibición de la venta de automóviles de combustión en la UE a partir de 2035. Sin embargo, hasta esa fecha las cosas tampoco pueden ser fáciles para los fabricantes. 

En un primer momento, la normativa Euro 7 planteaba que los nuevos coches diésel redujesen en un 50% sus emisiones máximas de óxido de nitrógeno respecto de los niveles marcados por la actual norma Euro 6d. En el caso de los vehículos de gasolina, esta reducción iba a ser de un 40%.

Con esta previsión, prácticamente la totalidad de los automóviles de combustión iban a estar condenados, ya que alcanzar esos valores requeriría de una gran inversión por parte de las marcas en dispositivos como unos catalizadores mayores y más caros. Esto, con el fin de las ventas de estos vehículos fijado en 2035, no tendría sentido.

Las restricciones podrían no ser tan exigentes

Ahora bien, la cosa no ha quedado ahí y ahora parece que las restricciones no serán tan fuertes cuando esta regulación entre en vigor. Según un borrador al que ha tenido acceso el diario Político, los niveles máximos permitidos de emisiones de óxido de nitrógeno bajarán, pero serán similares a los actuales.

No obstante, ¿qué cambiaría entonces en la Euro 7? Por un lado, se podrían esperar unos controles más exhaustivos que garanticen que se están cumpliendo los niveles permitidos. De hecho, una de las novedades de esta regulación es el control de emisiones de los automóviles durante toda su vida útil.

Asimismo, otra cuestión que podría variar con esta normativa se referiría a las emisiones de CO2 por parte de componentes como los frenos. Sin embargo, aún hay muchas cuestiones que se deben concretar antes de que estas directrices entren en vigor, algo que tampoco está claro.

En principio, la entrada en vigor de la normativa Euro 7 estaba prevista para 2025, pero ha ido sufriendo retrasos. De esta manera, ahora se espera que su llegada se produzca en 2027, con una ligera posibilidad de que se atrase hasta 2028. Lo que está claro es que llegará dentro de algunos años, pero sabremos todo sobre ella el 9 de noviembre, que es cuando será publicada.