China prueba un coche flotante que alcanza los 230 km/h

Imagen del coche flotante.

Gustavo López Sirvent

Se probaron sobre un riel de 8 kilómetros

Si alguna vez imaginaste un futuro lleno de coches voladores, tu sueño podría estar un poco más cerca de la realidad. Investigadores chinos de la Universidad Southwest Jiaotong en Chengdú realizaron unas pruebas en carretera para vehículos de pasajeros modificados que usan imanes para flotar 35 milímetros por encima de un riel conductor, según la agencia de noticias china Xinhua .

Los científicos equiparon los sedán con potentes imanes en la parte inferior de los coches, lo que les permitió levitar sobre un riel conductor de casi 8 kilómetros de largo. Se probaron ocho coches en total, con una prueba que alcanzó velocidades de aproximadamente 230 km/h, según el informe.

Un video publicado en Twitter por un periodista chino muestra los vehículos flotando, aunque con baches, a lo largo de la vía:

Deng Zigang, uno de los profesores universitarios que desarrollaron los vehículos, explicó a la agencia estatal de noticias que el uso de la levitación magnética para vehículos de pasajeros tiene el potencial de reducir el uso de energía y aumentar el alcance de los vehículos.

Este invento podría ser útil para los problemas de la industria de los vehículos eléctricos, que están obsesionados con las grandes autonomías o, en su defecto, cuando los consumidores temen que no podrán completar un viaje en un automóvil eléctrico sin quedarse sin energía.

También se ha probado con trenes

Para quien no lo sepa, ya se han probado algunos trenes comerciales con levitación magnética, o “maglev”, que consiste en electrificar un campo magnético para empujar vehículos a altas velocidades. 

Desde la década de los 80, China, Japón y Corea del Sur utilizan trenes de levitación magnética. El año pasado, China estrenó un tren bala de levitación magnética en Qingdao, provincia de Shandong, que puede alcanzar una velocidad máxima de 600 kilómetros por hora.

Pero los posibles problemas de seguridad aún deben resolverse. Por ejemplo, ¿qué sucede si un automóvil que viaja a altas velocidades se sale flotando de su pista magnética o si un vehículo no magnético lo desvía de su rumbo? Es que hay que preverlo todo porque si no, el experimento puede tener graves consecuencias.

También está el tema de la infraestructura: la construcción de una red nacional de autopistas electromagnéticas probablemente llevaría años y una inversión que sería multimillonaria, con lo que habría países que no podrían asumir su coste. Y ya se sabe que los chinos quieren ser líderes en todo. Quién sabe si es su próxima propuesta...