Opinión: ¿morirá el carsharing tras la crisis del coronavirus?

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Lo de compartir espacios públicos cada vez se pone más complicado... a menos a corto plazo

El carsharing atraviesa un momento complicado debido a la crisis del coronavirus. Cuando los coches compartidos eran uno más en nuestras calles -especialmente en las grandes ciudades-, la Covid-19 llegó y puso todo patas arriba: de repente, tocar cosas sin saber quién lo había hecho antes era jugar con fuego y debía evitarse a toda costa.

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Por tanto, las empresas de carsharing, conscientes de la situación, detuvieron su actividad; basta un vistazo a las plataformas digitales como Wible o Emov para leer que temporalmente están fuera de servicio pero, ¿hasta cuándo es temporalmente? 

Esta situación sanitaria no tiene fecha de caducidad establecida y aunque todos esperamos con ansia que todo vuelva a la normalidad cuanto antes, para que eso ocurra se tienen que dar muchos factores; el más importante, que las autoridades reconozcan que es seguro hacerlo. 

“No es una decisión sencilla, pero la responsabilidad y la evolución de los acontecimientos nos llevan a tomar esta medida tan compleja", explica Wible en su web, alegando que volverán "cuando no exista ningún riesgo de salud para nadie". 

¿El mayor reto del carsharing?

Actualmente, las recomendaciones invitan a que, de tener que realizar desplazamientos de fuerza mayor, se utilice el coche privado -siempre que sea posible- y se viaje de forma individual. Además, durante las últimas semanas se ha hablado mucho de que cuando la peor parte de esta crisis pase, nuestro hábitos tendrán que cambiar mucho. 

Es decir, costumbres tan españolas como abrazarse y besarse por menos de nada tendrán que ser replanteadas... ¿qué podemos pensar entonces del hecho de compartir coche tras el coronavirus? Aun sabiendo que las empresas dedicadas a esta actividad tomarían las más estrictas medidas de higiene, resulta complicado pensar de qué manera se puede mantener siempre limpio un espacio tan reducido como es el habitáculo de un coche. Más aún si ese coche cambia de manos constantemente...

Esta situación puede llevar a provocar en la población cierto respeto a recurrir al carsharing que, lamentablemente, podría verse gravemente afectado. Hay que destacar que en las grandes ciudades, el uso de estos servicios de coches compartidos ayuda y facilita mucho los desplazamientos a los ciudadanos, que cada vez se enfrentan a mayores restricciones de movilidad, en especial al centro de las ciudades.

Por tanto, parece estar claro que cuando todo esto pase, necesitaremos un tiempo para ir recuperando nuestra antigua forma de vida -que tarde o temprano volverá- y eso podría traer algunas incertidumbres y complicaciones a corto plazo que se irán solucionando con el paso del tiempo.