Prueba Alfa Romeo Giulia Veloce 2.0 280 CV

Llega el Veloce... 280 CV, cambio automático de ocho velocidades y tracción integral. ¡Corred, (in)sensatos!

¡Qué coche más bonito! ¿Cuál es? Ésta es una de las preguntas que más veces he tenido que responder durante la semana que he probado el Alfa Romeo Giulia. Y es que el nuevo emblema de la marca italiana es uno de los grandes desconocidos entre el público generalista que no sabe de coches y sólo se fija en si les gusta o no un aparato de cuatro ruedas. Y ahí, el Alfa Romeo Giulia arrasa: gracias a su espectacular diseño es un vehículo que llama mucho la atención y que destaca en un mercado repleto de cuatro o cinco modelos superventas que se ven por todos los lados. Primer objetivo logrado: la belleza de los italianos vuelve a ser un referente...

Y si gusta a los que no tienen ni idea de coches, imagínate el efecto que produce en los enamorados de Alfa Romeo... El mismo multiplicado a la enésima potencia, ya que el Giulia llega rodeado de mucha expectación. La misma que tenía yo en el momento de iniciar esta prueba del Alfa Romeo Giulia 2.2 180 CV, el tope de gama diésel. Está claro que, existiendo el Alfa Romeo Giulia Quadrifoglio Verde, no era mi opción preferida, pero desde el punto racional son muchos más los conductores los que se interesarán por esta opción mecánica.

Bonito por fuera, ¿pero por dentro?

Realmente, el interior del Alfa Romeo Giulia ha mejorado mucho con respecto a los modelos del pasado. Eso sí, aunque sus acabados son de calidad aún le falta un punto si lo comparas con algunos modelos alemanes premium que todos tenemos en mente. Un ejemplo son algunas piezas algo toscas que, eso sí, están poco visibles (mandos del asiento, etc.).

El interior ha mejorado considerablemente pero aún está por detrás de algunos rivales premium alemanes.
El interior ha mejorado considerablemente pero aún está por detrás de algunos rivales premium alemanes.

Algo parecido ocurre con el sistema de infotainment. El funcionamiento es bueno, pero la resolución de la pantalla no es de las mejores, y la conectividad no está tan integrada. Alfa ha dado un paso de gigante con respecto a lo que estamos acostumbrados, pero alcanzar a marcas que llevan tantos años en la cresta de la ola es complicado. Partido a partido...

En cuanto a su habitabilidad, el Alfa Romeo Giulia es más amplio en la parte delantera que en la trasera, donde la pronunciada joroba del túnel de transmisión es un hándicap importante para el ocupante de la plaza central. Además, el acceso a la banqueta trasera no es precisamente lo mejor del coche. Delante, los asientos son cómodos y sujetan bien. Asimismo, la posición de conducción es uno de sus aspectos destacados. Su maletero, que cuenta con una boca de carga algo limitada, ofrece 480 litros de capacidad.


Prueba Alfa Romeo Giulia 2.2 180 CV

Pero bueno, basta ya de tanta palabrería y vamos al lío. Lo primero que me llama la atención es la ubicación del botón de arranque, en el volante. Sin duda, me gusta mucho más esto que esa moda que hay ahora de poner interruptor en la consola central. Un punto para el italiano.

Prueba Alfa Romeo Giulia (6)

Una vez en marcha, el coche ofrece un tacto deportivillo -aunque tampoco te creas que estás en un Alfa Romeo 4C- que resulta muy agradable para aquellos que no nos gustan los coches blanditos. Eso sí, enseguida me doy cuenta de dos de los aspectos que menos me han agradado en esta prueba del Alfa Romeo Giulia 2.2 180 CV. Y ambos afectan a su motor.

En primer lugar, la mecánica no ofrece la patada que esperas en un diésel de 180 CV y 380 Nm de par (de hecho, tuve que comprobar que la unidad de pruebas no era el motor diésel de 150 CV que hay por debajo). En este aspecto, la entrega de potencia es demasiado suave y me hubiera encantado un poco más de patada cuando pisas a fondo el acelerador (acelera de 0 a 100 en 7,2 segundos según los datos oficiales). El segundo gran defecto es lo ruidoso que resulta la mecánica, algo que se nota en el interior del habitáculo.

Dinámicamente, el Alfa Romeo Giulia es un coche que muestra buen aplomo en todo momento, incluso en zonas con curvas: el chasis cumple a la perfección, al igual que la suspensión. También me ha gustado lo directa que resulta la dirección. Todo esto hace que el coche te enganche lo suficiente como para mantenerte alegre al volante y con ganas de seguir conduciendo. Menos satisfactorio me ha parecido su cambio manual de seis velocidades: la ubicación de la palanca es buena, pero su funcionamiento debería ser más preciso. Tampoco convence su selector DNA, que ofrece tres modos de conducción: al contrario que otros modelos del mercado, la diferencia entre los diferentes modos no es demasiado pronunciada. 

¿Y cuál es la conclusión de esta prueba del Alfa Romeo Giulia 2.2 180 CV?

El Alfa Romeo Giulia es un tiro en cuanto a diseño y pasión, pero aún está un pasito por detrás de los alemanes más premium. Eso sí, tiene un precio más asequible que algunos de ellos (37.850 euros), una imagen menos vista y un comportamiento dinámico que te sacará una sonrisa -si te olvidas de su mejorable mecánica, claro-.

Prueba Alfa Romeo Giulia Veloce 2.0 280 CV (por Rebeca Álvarez)

Si el todopoderoso Alfa Romeo Giulia QV y sus 510 CV se te quedan grandes (sobre todo para el bolsillo) pero el diésel de 180 CV no te transmite la auténtica esencia del cuore sportivo, los italianos han dado vida a un nuevo ente al que han bautizado como Veloce (bueno, en realidad es su apellido).

Y no te voy a mentir, no solo rinde homenaje al clásico Alfa Romeo Sprint GT Veloce de los años 60... también al apodo que le han dado: veloz. Pero como dijo Jack 'El Destripador', vayamos por partes con esta prueba del Alfa Romeo Giulia Veloce. 

No te pierdas: Prueba Alfa Romeo Giulia Quadrifoglio Verde: ¡el renacido!

¿Qué es lo que late en el interior del Veloce que llevo entre mis (afortunadas) manos? Pues un motor gasolina 2.0 con doble turbo, 280 CV y 400 Nm a 2.250 rpm. Este bloque debuta aquí, en el Veloce y ¡oh, gracias, señores de Alfa! porque la respuesta es excepcional, a la altura de lo que esperas de una marca fiel a unos orígenes tan 'racing'. 

Tras las presentaciones oportunas y cordiales, miro a su selector Alfa DNA (con tres modos de conducción) y lo tengo claro: el cuerpo me pide que active el modo Dynamic. Como el cuerpo es muy sabio, pues le hago caso y basta el primer pisotón para darme cuenta de qué va la fiesta: el bloque empuja con tanta fuerza que notas como tu cuerpo se queda pegado a los asientos - de carácter deportivo y muy envolventes.


Según datos homologados, acelera de 0 a 100 km/h en 5,2 segundos y sube de vueltas con tanta alegría como si llevara encima unos cuantos 'limoncellos' italianos. Además, su cambio automático de ocho velocidades y las levas de aluminio en el volante – con un tacto muy agradable - acompañan al conjunto y le otorgan un comportamiento muy ágil. Las suspensiones son firmes pero confortables, lo que permitirá que lo mismo lleves a tu familia a comer al pueblo sin que se te quejen demasiado (salvo tu tía, a esa no la convences).

Esto puedo comprobarlo en la prueba del Alfa Romeo Giulia Veloce en una revirada y bacheada carretera manchega donde la diversión está asegurada... y mi integridad física, también. Y es que el Giulia Veloce cuenta con primera vez con la tracción integral Q4, un sistema avanzado - solo añade 60 kg de peso - que funciona de la siguiente manera.

En condiciones normales, el Alfa Romeo Giulia Veloce se comporta como un vehículo de tracción trasera: el 100 % del par motor es enviado al eje trasero. Al acercarse al límite de adherencia de las ruedas, el sistema transfiere en tiempo real hasta un 60% de par motor al eje delantero, gracias a una caja de transferencia específica. 

Gracias a esto, tiene un comportamiento muy noble, entra con aplomo en las curvas – su dirección es precisa y muy comunicativa - y tendrás que buscarle las cosquillas muy a conciencia para que se descontrole.
Aquí, al contrario que en el Quadrifoglio Verde, no hay modo Race, por lo que no podrás desactivar toda la electrónica, por si te vuelves muy loco... 

Lo cierto es que volverte loco al volante de esta berlina deportiva – aunque no sea el todopoderoso QV - es lo mejor que te puede pasar y muy fácil, porque te invita a conducir con chispa. A medida que hacía kilómetros durante la prueba del Alfa Romeo Giulia Veloce y veía como la carretera se quedaba atrás por el retrovisor... ¡solo pensaba en que la vía no acabara NUNCA!  

Me hubiera gustado que el bramido del motor me despertara de ese sueño, pero... nada de eso. El habitáculo está muy bien insonorizado y el propulsor – si bien no suena desagradable – tampoco demasiado deportivo. Esperas algo más de un coche tan picante como este. 

A simple vista le reconocerás por unos nuevos parachoques, entradas de aire más grandes y un difusor trasero con doble salida de escape. Por lo demás, todo permanece intacto a nivel estético. ¿Hasta que lleguen el Alfa Romeo Giulia Coupé o Cabrio? Todavía no lo tienen muy claro... 

Por otro lado, el Alfa Romeo Giulia Veloce se ofrece también con un motor diésel 2.2 litros turbo con 210 CV y 470 Nm a 1750 rpm, pero un 'alfista' de pura cepa puede que nunca jamás te reconozca haber leído este último dato. 

Conclusión

Si buscas deportividad sin renunciar al confort, así como un precio más ajustado que en el Quadrifoglio (el diésel lo tienes por 51.150 euros y el gasolina, por 54.000) esta es la opción más sensata para ti. Ya es un pico, sí, pero para presumir hay que sufrir... 
 

Nuestro veredicto

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