Prueba retro del Bentley Continental R: El padre del Continental GT

Bueno, retro retro... Todo lo que hace Bentley parece clásico, y es genial.

Lo parezca o no, este coche es de 2003. Además, es una edición especial de Mulliner de la última serie que produjo Bentley del Continental R. Una producción que comenzó a principios de los años noventa, pero que sus proporciones y sus cromados evocan algo bastante anterior.

Es un coche realmente grande, de aspecto antiguo y que es bonito, pero debió ver como las ventas caían mientras otros fabricantes evolucionaban más y más sus líneas. Y tal fue así, que Bentley no tardó en reemplazarlo por el Continental GT para dar un buen golpe en la mesa de los gran turismos.

5 razones para preservar coches como el Bentley Continental GT

El Continental R tiene todo lo que se podría esperar de un coche de lujo. No tanto como un gran turismo, sino que más bien es una limusina de dos puertas, incluso más larga que el Flying Spur actual.

Una limusina con mucha potencia pero pocas revoluciones

El motor V8 turbocargado de 6,75 litros de Bentley, ya jubilado, impulsaba con rabia el eje trasero. Demasiada quizá. Y las cifras de caballos no son nada del otro mundo. Desde los 315 CV en su lanzamiento en 1991 hasta los 420 CV de la última versión en 2003.

Pero donde reside ese poder es en el par. Sobre todo desde bajas revoluciones. Pasó desde su nacimiento hasta su ocaso, de los 657 Nm hasta los 881 Nm de torque. Y ambas cifras entregadas a solo 2.200 rpm.

Nada raro, teniendo en cuenta que la zona roja que se acerca al corte de inyección está en las 4.500 rpm. Como un taxi diésel antiguo, elegante. Pero que puede destruirte en una lanzada en carretera.

Una maniobrabilidad (sorprendentemente) solvente 

Sorprendentemente porque mide 5,3 metros de largo y 1,8 metros de ancho. Pero es un coche de la vieja escuela, claro. Mucha visibilidad a través de sus ventanillas, del capó, sus espejos...

Conducirlo es muy fácil. Además incorpora una caja de cambios automática de cuatro velocidades suave como el terciopelo, y el volante hace girar la dirección como si no tuviese un límite físico.

En definitiva, un coupé de lujo a la vieja usanza

Su precio recién salido del concesionario era de más de 230.000 euros, y estuvo entre los coches más caros del mundo. A través de un cálculo de inflación, viene siendo casi medio millón de euros actuales. Un precio tan dilatado como su esbelta figura de cinco metros.

Y es que la última versión del Continental GT solo cuesta poco más de 150.000 euros. La influencia del Grupo Volkswagen se ha hecho notar. En las formas, puede ser, pero sobre todo en los precios.

Sin embargo, pese al paso de los años, el Bentley Continental R se siente genial. Con mucho espacio, cómodo... Aunque a nivel de control de conducción, evidentemente, no ha envejecido demasiado bien. Pero era un coche coupé de una época en la que algunos no querían ser deportivos.

El Continental R quería ser un coupé de lujo, con unas amplias ventanas para que disfrutaras del paisaje mientras el ruido era imperceptible. Una de esas maravillas de la vieja escuela.

Nuestro veredicto

8