El Lexus Electrified Sport Concept, digno sucesor del LFA, pero en modo eléctrico

Lexus Electrified Sport Concept

Gustavo López Sirvent

El sustituto del LFA se presentó en el Festival de Goodwood

El Lexus Electrified Sport Concept hizo su debut europeo en el Festival de la Velocidad de Goodwood, en Sussex, Inglaterra. Este modelo único representa la visión de Lexus de un automóvil deportivo totalmente eléctrico de alto rendimiento. 

El Lexus Electrified Sport Concept es el sucesor del célebre Lexus LFA, del que guarda detalles y elementos que lo han catapultado.

Lexus Electrified Sport Concet (2)

Mientras que el superdeportivo hecho a mano de la última década se caracterizaba por su motor V10 de aspiración natural potente y acústicamente emocionante, el Lexus Electrified Sport Concept mira hacia una nueva era de modelos deportivos que explotan al máximo las libertades de diseño, el rendimiento y el potencial de manejo que brinda un transmisión totalmente eléctrica. 

Lexus anticipa que una versión de producción del concepto podría ser capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en el rango bajo de dos segundos. Asimismo, el uso potencial de la nueva tecnología de batería de estado sólido podría asegurar al sucesor del Lexus LFA una autonomía de más de 700 km.

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Del diseño exterior podemos comentar que es altamente impactante, con una línea tipo cupé y unos rasgos que lo delatan como un claro modelo salido de la planta de Lexus. Sus formas redondeadas se combinan a la perfección con aristas rectas y mucho más agresivas. El LFA puede sentirse orgulloso de tener un digno sucesor.

El nuevo Lexus Electrified Sport Concept tiene una difícil papeleta, la de igualar, al menos a su sucesor, el LFA. Este modelo es muy especial por diferentes motivos. El primero es que sólo se fabricaron 500 unidades desde 2010 a 2012. El siguiente es su precio (ahora, de segunda mano, puedes encontrarlo por 500.000 euros). Y el tercero, su motor.

Lexus LFA Nurburgring Edition
Lexus LFA Nurburgring Edition

Hablando del corazón que late debajo de su corazón. Era un 4.8 V10 con 560 CV. Pasaba de 0 a 100 km/h en 3,7 segundos y la velocidad máxima era de 325 km/h. ¿El par? 480 Nm a 7.500 rpm, pero la zona aguja marca hasta las 10.000 y no es un acto de mera cortesía. Si le dabas cera al propulsor oirías un aullido finísimo, que casi recuerda al de los monoplazas de la F1.

Además, posteriormente llegaría la exclusiva edición Nurburgring Edition, del que tan sólo se fabricaron 64 unidades y que tendría 10 CV extra (570). Esa energía se gestionaba por medio de una transmisión manual de embrague automático de seis velocidades. Se trabajó para conseguir que los cambios fueran más rápidos, mejorando en 0,15 segundos los mismos.