¿Conocías el Mazda RX-7 del Grupo B de rally?

Mazda RX-7 Grupo B

Si te gusta el Mazda RX-7, probablemente sepas de la existencia algunos modelos de competición basados en él, aunque si solo eres un aficionado a los coches, conocerás al predecesor del Mazda RX-8, un clásico que se ha convertido en un objeto de culto... y poco más. Y es que pocos saben o recuerdan que Mazda homologó una versión para competir en el Grupo B de rallys.

Los que tuvieron la suerte de vivirlo en directo disfrutaron de cuatro años de locura. De locura absoluta. Tanto, que muchos se refieren a esa época como la era dorada de los rallys. 

Eran tiempos en los que modelos de leyenda como los Lancia Delta S4, Peugeot 205 T16, Audi Sport quattro o Ford RS200 volaban por encima de unos aficionados que abarrotaban los caminos eclipsando al resto, así que no te fustigues si no has oído hablar de este pequeño deportivo oriental.

El triste accidente de Toivonen y Cresto hizo que terminara de manera abrupta este grupo de competición, y algunos fabricantes se quedaron a las puertas de lanzarse a competir con ellos.

La iniciativa de la marca japonesa salió de Mazda Rally Team Europe (MRT) bajo la batuta de Achim Warmbold. Su misión era la de crear el primer coche con motor rotativo en ser apto para el Grupo B. 

Esta categoría le daba a los fabricantes libertad para volverse tan locos como quisieran, siempre y cuando homologaran un mínimo de 200 coches de calle. Como los japoneses ya habían conseguido la luz verde en los Grupos 1, 2, 3 y 4, solo tendrían que hacer 20 unidades, conocidas como ‘Evolution’.

El Mazda RX-7 llegó a correr por los pelos

El RX-7 de 1985 que tienes en las fotos (con chasis número MRTE 019) es uno de los siete Mazda RX-7 que se llegaron a ensamblar (el resto quedó para piezas), aunque este en concreto jamás llegó a probar ningún rally. Sí que hubo una unidad que tuvo el privilegio de correr. Lo hizo con Ingvar Carlsson al volante y consiguió la tercera posición en el Rally Acrópolis de 1985.

Mazda RX-7 Grupo B en el Acrópolis 1985

La parte (más) mala del fin del Grupo B fue que las marcas se quedaron con unos coches tremendos que no podían competir… lo que nos lleva de nuevo a este MRT 019.

Con el fin de la categoría, este modelo se vendió junto con un buen número de repuestos al importador suizo de la marca a principios de los 90, mientras que sus otros compañeros cayeron en manos de pilotos privados, muchos de los cuales acabaron corriendo en Rallycross.

Pero la suerte estuvo de cara en el caso del modelo que tenemos aquí. Un meticuloso coleccionista llamado David Sutton es su actual propietario. Este señor es un loco de los coches de rally y es especialista en hallar la historia del coche y sus piezas con un detalle extremo.

Por eso, gracias a Sutton sabemos que este modelo fue expuesto en Suiza durante unos años hasta que acabó en la colección privada de alguien con mucho dinero. Después, el coche se fue a algún país escandinavo a principios de los años 2000.

Los mejores Grupo B de la historia

Cuando llegó a sus manos, llevó a cabo un pequeña restauración de apenas seis meses, ya que estaba en muy buen estado. Solo tuvo que encargarse de pequeños detalles, como la posición de las pegatinas o los cabezales de algunos cables, que no eran exactamente los que Mazda instaló en su época.

En cuanto al motor del Mazda RX-7 del Grupo B, básicamente es el 13B de fábrica con doble rotor, aunque en este caso ofrece 300 CV. Para mejorar el reparto de pesos el bloque se retrasó unos 10 cm. Utiliza un carburador Weber 51-A al que MRT modificó para que llevara el aire y el combustible directamente a las carcasas del rotor. El peso, que es de menos de 1.000 kilos, se conseguía gracias a materiales como la fibra de vidrio o el magnesio de las llantas Enkei unidas a unos neumáticos Michelin TRX.

Este RX-7 probablemente no probará jamás el sabor de la competición, pero para compensar, aquí tienes un vídeo con algunos momentos memorables. Eran otros tiempos...