Seat ha optado finalmente por no llevar a cabo el Expediente de Regulación de Empleo Temporal (ERTE) por el que tenía previsto enviar a casa sin trabajo ni sueldo a un total de 6.600 trabajadores como consecuencia del parón en sus líneas de producción durante seis días debido al incendio ocurrido en la fábrica de uno de sus proveedores de componentes.

La dirección de la marca española ha pactado con los sindicatos y considera la parada de producción ocurrida como un paro técnico y que solo ha permitido que funcione con normalidad y desde el martes su línea 1, de la que sale una cifra diaria de unos 1.100 coches que son el Seat Ibiza y el Seat Arona, aproximadamente la mitad de la capacidad de ensamblaje de su planta de Martorell.

El acuerdo  incluye además el establecimiento de varios días de trabajo extra para intentar recuperar la producción perdida: la plantilla acudirá a sus puestos los días 18, 19 y 20 de diciembre (que en el calendario laboral del año se consideraban festivos), además de tres sábados de enero por la mañana para ensamblar unidades del Audi A1. La empresa calcula que con dichas medidas se podrán recuperar unos 6.700 ejemplares de los alrededor de 12.100 que se han dejado de fabricar.

Todos contentos

Desde los sindicatos califican de positivo el acuerdo ya que “los trabajadores no asumen nada y la empresa tiene la oportunidad de recuperar una parte perdida en un plazo corto y asume la situación como paro técnico”.

El proveedor que sufrió el incendio que ocasionó el paro fue Faurecia, encargado de suministrar salpicaderos a Seat. El imprevisto supone un contratiempo importante para la firma española ya que, debido a él, no será capaz de llegar a las 506.000 unidades previstas para este año, aunque la cifra final sí que será mayor a la conseguida en 2018.