¿Tienen sentido los neumáticos de invierno en España?

Neumáticos de invierno

Depende de donde vivas.

Aunque a menudo sea un elemento que los conductores no cuidan todo lo que deberían, los neumáticos son clave en nuestro coche: son lo único que mantiene el vehículo en contacto con el asfalto y su desempeño es capital en el comportamiento del mismo y la seguridad con la que se conduce. Hay muchos tipos, algunos con un enfoque más específico que otros, como es el caso de los neumáticos de invierno. Queda claro que su uso es indispensable en países nórdicos pero, ¿tienen sentido en España?

Qué es un neumático de invierno

Lo primero es tener claro el concepto de qué es un neumático de invierno. Se trata de un tipo específico de goma que, por los componentes que utiliza y el tipo de dibujo que luce (normalmente es más profundo, 4 mm como mínimo, y más ancho), ofrece unas mejores prestaciones en condiciones climatológicas adversas relacionadas con el frío.

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De hecho, es por debajo de los 7 grados centígrados cuando se nota su mayor rendimiento y eficiencia respecto a una convencional, mejorando la tracción y permitiendo acortar las frenadas incluso con el firme mojado o sobre nieve.

Ventajas y desventajas de los neumáticos de invierno

La primera ventaja ya la hemos señalado, su desempeño a bajas temperaturas, pero también suma otras adicionales como, por ejemplo, que con ellos se puede circular por carreteras en las que sea obligatorio el uso de cadenas. Respecto a éstas, la otra alternativa ante situaciones invernales, reducen las vibraciones, deterioran menos el asfalto, etc.

Sin embargo, no todo son ventajas. Así, hay que cambiarlos cada menos kilómetros porque pierden efectividad antes que los convencionales si la profundidad de su dibujo desciende. Además, cuando pasa el invierno hay que desmontarlos y poner unos normales, necesitando un lugar en el que almacenarlos durante la época de calor, lo que implica un coste.

¿Tienen sentido en España?

Aunque podamos pecar de tibios, la respuesta adecuada es “depende”. Y es que España es un país amplio en el que se dan cita climas muy diversos. Así, convive un calor prácticamente perenne en la zona sur, con el frío en los Pirineos, mientras que en la meseta los cambios de temperatura entre estación y estación son considerables.

Teniendo en cuenta las condiciones en las que los neumáticos de invierno funcionan mejor y presentan una ventaja real sobre los convencionales, solo es recomendable tener un juego en zonas en las que las temperaturas frías estén presentes durante una época larga del año, como puntos de gran altitud, y aquellos en los que durante el invierno las nevadas copiosas sean la norma, puesto que en dichas situaciones tener que estar montando las cadenas cada dos por tres no es práctico.

Sin embargo, para aquellos conductores que solo se enfrenten a situaciones similares de manera muy puntual, no merece la pena hacer el desembolso extra que suponen las ruedas de invierno (así como su almacenaje). En estos casos optar por unas cadenas, ya sean de metal o de tela, para encarar una hipotética nevada es más que suficiente. O, también... ¿te has planteado los neumáticos Four Seasons que valen para todo el año? Otro día lo comentamos...