El Destruction Derby es un videojuego clásico que en su momento deslumbró por sus gráficos y por su originalidad. Nació pocos después de la llegada de la PlayStation 1, un título que traía Psygnosis, empresa inglesa desarrolladora de videojuegos de ordenador. No era su primer videojuego en esta consola y gracias a su experiencia se convirtió en una referencia. Hoy recordamos en este clásico videojuego de coches.

Psygnosis lanzó este videojuego tras el éxito de Wipeout. Fue en la década de los noventa, poco después del lanzamiento de la PlayStation 1, allá por 1994 y 1995. Se trataba de un juego de “destrucción total” en el que no se tenía demasiado aprecio por los coches. Estos eran gladiadores que luchaban para intentar quedar de una pieza y ganar la batalla. Sin duda, entusiasmó a todos los que jugaron.

Pero Destruction Derby nos proponía diferentes formas de jugar. No todo era destruir coches y en el menú podíamos seleccionar carreras tradicionales en donde el objetivo, como normalmente, era llegar el primero. Eso sí, incluso dentro de esas carreras más “normales” había conductores que intentaban que no llegará a la meta con una conducción demasiado “colérica”. Sí, este término te suena de Los Simpsons.

Por supuesto, en el mismo menú encontrabas las “batallas a muerte” donde solo podía quedar un participante. Dentro de esta vorágine de destrucción la disciplina más original y la que todos los jugadores querían comenzar era la llamada “Death Bowl”, una competición celebrada en un estadio cerrado donde los coches se enfrentaban entre sí hasta que solo quedara uno.

Curioso era como le juego te indicaba las partes que estaban más dañadas del coche, y con la que podías revisar como estaba la parte frontal, la más delicada por la ubicación del motor. Si la mecánica dejaba de funcionar tu carrera había terminado, lógicamente. También te servía para saber con que parte golpear a tus rivales sin que tu coche quedara destrozado.