Bestias del Grupo B: Audi Quattro

Audi Quattro A1 Walter Röhrl
Era muy ligero, muy potente... y la prueba de que a Audi no se les escapaba una.

Hablar de las bestias del Grupo B sin hacer mención al Audi Quattro es imposible, porque fue uno de los coches más importantes en esta categoría, además del primer automóvil con tracción a las cuatro ruedas que participó en el mundial de rally.

Y es que mientras la marca de los cuatro aros desarrollaba sus vehículos militares en 1977 se preguntaron si sería posible aplicar la tracción total de estos a los coches de calle, así que empezaron pruebas secretas en Alemania, donde descubrieron que se conseguía así una gran cantidad de agarre. 

No te pierdas: Peugeot 205 Turbo 16, otra bestia del Grupo B

Por tanto, podían atravesar curvas deslizantes mucho más rápido, por ejemplo, y eso podía ser aplicado también al mundo de los rallys. El problema es que el reglamento de la FIA de 1979 establecía que no podían participar en el Mundial de Rallys los coches con tracción integral. 

Sin embargo, decidieron acudir a Paris para intentar cambiar esto… y lo lograron, ya que nadie se esperaba que Audi tenía un arma secreta en camino. ¿Quizá porque pensaban en que Audi utilizaría sus camiones?

En un primer momento, entre los años 1980 y 1982, el Audi Quattro estuvo en la categoría Grupo 4, pero en 1980, Hannu Mikkola, uno de los pilotos junto a Michele Mouton, participaría en el Rally de Algarve. 

Es cierto que no estaba incluido en la carrera, pero finalmente decidieron cronometrarle y demostró que estaba totalmente preparado para competir. En aquel año, Audi acabaría ganando el Mundial de Rallys y todo el mundo entendería que la tracción total era imprescindible para dominar. 

Hubo, sin embargo, cuatro versiones del Audi Quattro, siendo la más radical la del Audi Quattro Sport, que participó por primera vez en el Rally de Córcega de 1984. Respecto a las anteriores versiones -Audi Quattro A1 y Audi Quattro A2- este era no solo más potente -alcanzaba 450 CV- sino también más ligero y con una distancia entre ejes más corta. 

Esto lo hicieron para mejorar la maniobrabilidad del coche y además, modificaron también el reparto de pesos del vehículo, que por aquel entonces era mayor en el eje frontal, lo que aumentaba el riesgo de subviraje: de un 60/40 se pasó a 51/49. El funcionamiento del turbo, por cierto, también mejoró para que fuera más fácil mantener el régimen de giro.

Se comenta aquí que, una vez más, Audi hizo trampa, ya que de las 200 unidades exigidas por la FISA, solo fabricaron 50 unidades. Sin embargo, la historia del Audi Quattro continuó… En julio de 1985, llegaría la versión definitiva: el Audi Quattro Sport S1, con 510 CV, que competiría en 1985 y 1986.

Audi Quattro Sport

Su imagen era realmente agresiva, gracias a las enormes entradas de aire y diversos alerones destinados a mantener al coche pegado al suelo, pero solo logró ganar en el Rally de San Remo de 1985.

Sin embargo, los trágicos accidentes de 1986, en los que morirían varios espectadores además de pilotos, acabó con los coches del Grupo B -56 coches formarían parte de esta categoría en toda su historia- y, por tanto, con este Audi tan emblemático. A los mandos de él vimos a pilotos como Walter Röhrl, Stig Blomqvist y Michèle Mouton, quienes contribuyeron a aumentar la leyenda del Audi Quattro. 

Toda la información sobre Audi está en nuestras fichas