Escuchar Carlos Sainz es pensar en coches y en velocidad... Y también en una familia de campeones. Al padre no hay que presentarlo, especialmente si has vivido en los años 90, y al hijo... Bueno, al hijo tampoco, ya que su carrera también ha estado muy unida a los monoplazas y hoy en día es piloto de Fórmula 1.

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Y eso tiene una parte buena (otra más), y es que sueles tener un coche de compañía bastante decente... según la escudería en la que corras, claro. Si estás en Mercedes o en Ferrari, estás de enhorabuena, lo mismo que en McLaren. Pero piensa en Ricciardo, que corre para Renault y le ponen un Mégane R.S. que no está mal, pero visto lo visto.... en fin.

Volviendo al español, en la casa tiene unas buenas perlas que escoger, como el 720S en un color discreto, pinzas de freno naranjas, llantas negras y bien de carbono. Y como parece que de carreras ya va bien servido, no ha optado por añadir el Track Pack.