Vídeo: Un cura invade la pista en plena carrera de Fórmula 1

Un cura invade la pista en el GP Gran Bretaña F1 2003

Javier Prieto

El pastor buscaba a su rebaño descarriado y los monoplazas casi le pasan por encima a 280 km/h.

¿Te gustan las curiosidades de la Fórmula 1? Aquí va una de nuestras favoritas. Nos referimos a la invasión de pista de un cura en el GP de Gran Bretaña F1 2003, que tuvo lugar el 20 de julio en el Circuito de Silverstone.

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El prota de la hilarante actuación fue un sacerdote irlandés que deseaba extender la fe entre los pilotos. Sí, sí, has leído bien. Neil Horan, un clérigo decidió evangelizar a los corredores en plena carrera. Este peculiar páter debió percibir que los deportistas se habían apartado del camino del Señor. Y decidió actuar. Lógico.

Aprovechando que este finde se disputa la cita inglesa, te dejamos por aquí los datos más importantes del GP Gran Bretaña F1 y su circuito, Silverstone, así como los horarios del GP de Gran Bretaña F1 2018.

  

El hábito no hace al monje

Pero si te parece, digamos, surrealista la escena de un pirao corriendo hacia los monoplazas en un autódromo, espera a conocer el hábito del monje. Mr. Horan lucía un kilt, la típica faldita de tablas de cuadros que visten los hombres en Escocia e Irlanda. Las piernas lechosas, parcialmente cubiertas por unas medias.

El uniforme para la ocasión se completaba con una camisa blanca, un chaleco y corbata verdes. Sobre la cabeza una especie de boina. Por último, portaba unos rótulos de cartón en los que figuraban mensajes ecuménicos que instaban a la lectura de la Biblia.

Con esa indumentaria tan estrafalaria, y en la vuelta nº 12 de 59, decidió que había llegado el momento de su particular homilía. Horan saltó a la pista en la recta del Hangar en ¡sentido contrario a la marcha! de los bólidos. Y comenzó a correr en línea recta al encuentro de sus nuevos feligreses, es decir, hacia los monoplazas.

Un final abrupto pero sin heridos

Por fortuna, los reflejos de los pilotos evitaron una tragedia en una zona donde se rodaba a 280 km/h. No obstante, antes de finalizar la particular homilía tuvo tiempo de 'acercar sus plegarias' a una docena de coches que pudieron esquivarle.

El oficio religioso finalizó abruptamente cuando ya había recorrido una buena parte de la recta. Fue reducido por un comisario que le tiró al suelo. Más tarde, y ante la resistencia del presbítero, fue arrastrado hasta un lugar seguro lejos del asfalto. 

Mientras, ante el desconcierto por la situación generada por la invasión de pista de un cura, la mayoría de los bólidos se retiraron a boxes. Además, la irrupción de este espontáneo en el GP de Gran Bretaña de 2003 obligó a salir al safety car. Aunque sea lo de menos, se llevó la victoria el Ferrari de Rubens Barrichello, aunque todo el mundo recuerde la prueba por la acción irresponsable de un lunático.

Etiquetas: Curiosidades