Vale, el Bollinger B1 es un concepto que mola, punto. Podrá ser más o menos atractivo, pero parece claro que es un juguete perfecto para recorrer la colina de Hollywood campo a través para evitar a los paparazzi y, de paso, conservar el medio ambiente. ¿De qué narices hablo? Pues probablemente del primer todoterreno auténtico 100% eléctrico, sí, una especie de Jeep Wrangler asalvajado y libre de emisiones. No pinta mal.
Ahora bien, es bastante previsible que su precio sea bastante elevado, debido especialmente a su potencia y a su tecnología, al fin y al cabo es un coche de capricho puro y duro. Pues bien, en un comunicado oficial, Bollinger ha afirmado que ya tiene 10.000 pedidos en firme del coche y que han superado cualquier previsión posible. "No puedo creer que hayamos alcanzado tantas reservas en tan poco tiempo. La respuesta de la prensa a nuestra presentación en julio fue espectacular y miles de email empezaron a llegar de gente interesada. Creo que estamos creando algo único. Mucha gente en EEUU y el resto del mundo quiere algo único, capaz pero también libre de emisiones. No vamos a esperar mucho más para empezar con su producción.” Comentaba Robert Bollinger, padre de la criatura.
Jeep y Harley Davidson juntos en Los Alpes
La sorpresa es importante, también para mi, aunque siempre he pensado que al final la gente está demandando coches que sean buenos para un motivo concreto y con una estética robusta y poderosa. Y es que pese a su estética recta y con menos estilo que una mesa del Ikea, este todoterreno ofrece lo que nadie había ofrecido hasta ahora: cotas off-road espectaculares y un motor completamente eléctrico. Bueno, mejor dicho, dos motores: uno en cada eje que proporcionan la tracción necesaria para subir por las paredes sin despeinarse. En conjunto, los dos motores generan 360 CV y un brutal par de 640 Nm. Lo dicho, ¡esto quiere subir por las paredes!
Por si fuese poco, ofrece unos ángulos de ataque y salida bastante mejores que los de un Wrangler, con 56 y 53 grados respectivamente. Esto hace que prácticamente haya un lugar que pueda detener a esta bestia, pero la cosa todavía mejora más cuando te enteras que equipa una suspensión con amortiguadores regulables en altura con los que mejorar todavía más estas cotas off-road.
Pese a su aerodinámica de mansión colonial, este todo terreno es capaz de alcanzar los 100 km/h desde parado en 4,5 segundos y alcanzar los 200 km/h. Ojo que son cifras de auténtico deportivo. Cuando empiece su comercialización, se podrá comprar con baterías de 60 o de 100 kWh de capacidad, lo que le otorgará una autonomía de entre 200 y 330 km.
El Nissan Juke es otro ejemplo de SUV urbano: no está pensado para salir al barro, aunque al menos sí ofrece, como tope de gama, una versión con tracción integral y 190 CV que sí que podría ser interesante para hacer un poco el cabra. Eso sí, para SUV enfocado al asfalto, la versión más deportiva de este: el Nissan Juke Nismo. Sí, tiene una versión con tracción integral, pero su diseño más deportivo, con peores ángulos de ataque, y sus neumáticos y enormes llantas, hacen que duela meterlo por pistas de barro. Eso sí, en curvas es tremendamente divertido.
SUV para el asfalto: Nissan Juke Nismo
SUV para el asfalto: Nissan Juke Nismo
SUV para el asfalto: Renault Captur
El Renault Captur es un buen ejemplo de SUV urbano, concebido para ser un coche divertido, utilizable en el día a día pero con una imagen algo más campera. En la práctica, no es más que un Renault Clio con unas carrocería ligeramente elevada: no permite la tracción integral ni siquiera en opción, así que el Renault Captur tiembla cuando ve el barro a lo lejos. ¿Lo bueno? Su peso ligero, junto con unos neumáticos adecuados y su altura al suelo, podría hacerle eficaz: una pena que no se decidan a lanzar una versión más enfocada al campo.
SUV para el asfalto: Renault Captur
SUV para el asfalto: Renault Captur
SUV para el asfalto: Ford EcoSport
Si el Captur es un Clio con más altura al suelo, el Ford Ecosport es un Ford Fiesta con más altura al suelo y un extra de plástico. Es una pena que Ford no decida incorporar la tracción integral en el mercado español, ya que su gama de motores es muy interesante: con algo más de altura libre al suelo y un sistema de tracción integral eficaz, sería un SUV más que interesante para aquellos que necesitan un todo terreno barato: un rival del Dacia Duster 4x4.
SUV para el asfalto: Ford EcoSport
SUV para el asfalto: Ford EcoSport
SUV para el asfalto: Peugeot 5008
El Peugeot 5008 ha evolucionado desde un monovolumen a un SUV, un cambio muy importante que hace que a partir de ahora los clientes de este vehículo puedan ahora adentrarse por caminos sin sufrir en el intento. No obstante, su alma de monovolumen sigue muy presente, con un interior versátil de hasta 7 plazas pero que no está pensado para hacer el loco fuera del asfalto: el sistema Advance Grip Control, opcional, cuenta con distintos programas off-road, pero todas a base de electrónica: consigue buena tracción, pero las cotas están ahí y su espíritu ni te cuento.
SUV para el asfalto: Peugeot 5008
SUV para el asfalto: Peugeot 5008
SUV para el asfalto: Mercedes GLC Coupe
Este SUV con estilo coupé está pensado para la carretera, al igual que algunos de sus rivales directos, como por ejemplo el BMW X4. No obstante, el caso del GLC Coupé es más evidente: pierde por el camino los programas off-road, las protecciones especiales de bajos o la posibilidad de llevar la suspensión neumática en modo off-road que sí puede montar su hermano normal, el Mercedes GLC. Esto deja claro que su alma está dentro del asfalto.
SUV para el asfalto: Mercedes GLC Coupe
SUV para el asfalto: Mercedes GLC Coupe
SUV para el asfalto: Audi SQ7
Lo mismo que el Audi Q7: el primer Audi Q7 tenía un aspecto de todo terreno de pura cepa, esta segunda generación mejora en todo, pero siempre pensando en el asfalto y no en la conducción off-road. ¿Es esto algo malo? Para nada: pocos coches he probado mejores para realizar largos viajes. Su suspensión neumática es deliciosa y la rebaja frente a la báscula le hace ser uno de los mejores SUV para conducir en carretera. Eso sí, fuera del asfalto, parece que ha perdido algo de garra y la verdad es que algunos rivales incluso pueden incluir paquetes off-road con protección de bajos y demás juguetes para salir al barro con más seguridad. El Q7, mejor dentro del asfalto.
SUV para el asfalto: Audi SQ7
SUV para el asfalto: Audi SQ7
SUV para el asfalto: Volkswagen Tiguan
El Volkswagen Tiguan es un buen ejemplo de coche pensado para ser tremendamente bueno dentro del asfalto y hay detalles que lo delatan: por ejemplo, ahora el coche es 30 mm más bajo que su antecesor, por lo que resulta evidente que no quieren mejorar sus capacidades off-road. Eso sí, cuenta con un arsenal tecnológico para conseguir tracción donde no la hay: su sistema 4Motion Active Control permite seleccionar cuatro modos de conducción, incluyendo los sistemas del bloqueo electrónico del diferencial: con unos buenos neumáticos, habrá pocas condiciones que puedan parar al Volkswagen Tiguan, pero será mejor mantenerlo fuera de trialeras y zonas con obstáculos importantes: no es su mundo.
SUV para el asfalto: Volkswagen Tiguan
SUV para el asfalto: Volkswagen Tiguan
De momento, el Bollinger B1 todavía se encuentra en una fase final de desarrollo, en la que lleva inmerso casi dos años. Este trabajo ha permitido al coche ser un gran coche fuera del asfalto, incluso en zonas de agua: sus baterías están herméticamente selladas y puede estar con los bajos hundidos durante 30 minutos sin problema. ¡Qué miedo!
Parece claro que el éxito inicial hará que el desarrollo sea más veloz y posiblemenete las primeras entregas se realicen antes de 2019, momento previsto inicialmente. Lamentablemente, el gran misterio de este proyecto, los precios, todavía son un incógnita, aunque seguro que no será barato. La marca espera abrir concesionarios en las principales ciudades de EEUU siguendo el modelo de Tesla y la verdad es que me imagino a más de un ricachón utilizando en el día a día esta especie de Wrangler eléctrico y exclusivo.