Le prometieron un 911 GT3 RS 4.0 y ahora le indemnizarán

El Porsche 911 GT3 llevará una caja manual como la del 911 R, aunque aún no se sabe si será de serie u opcional.
¡Menuda historia! Un concesionario inglés tomó el pelo a un cliente con la venta de un exclusivo Porsche 911 GT3 RS 4.0 y ahora se va a tomar su venganza: le tendrán que pagar tanto dinero que se podrá comprar uno en el mercado de ocasión.

Esta historia de un hombre que compró un Porsche 911 GT3 RS 4.0 y un concesionario inglés le tomó el pelo me parece realmente interesante, ya que muchas veces me he preguntado qué pasa cuando, con coches de producción limitada, un concesionario ‘la lía’ y puede dejarte con las manos vacías, pudiendo perder mucho dinero en coches que terminan convirtiéndose en inversiones muy rentables.

Estos hechos, que pueden generar jurisprudencia en la materia, tuvieron lugar en el Centro Porsche Bolton, al norte de Manchester. Uno de sus clientes acudió a reservar un exclusivo y espectacular Porsche 911 GT3 RS 4.0: te recuerdo que este modelo está limitado a 600 unidades, 30 de las cuales fueron destinadas a Reino Unido.

Pues bien, el concesionario comentó a este cliente que iba a ser el primero en recibir el coche, siempre y cuando finalmente este concesionario fuera destino para un ejemplar. El señor depositó 10.000 libras como reserva, unos 13.000 euros y comenzó la espera.

Más tarde recibió la llamada que jamás quería recibir: finalmente ningún coche iba a llegar a Centro Porsche Bolton y la reserva depositada le fue devuelta. Todo era relativamente normal, cuestión de mala suerte, hasta que se enteró de una cosa que le tuvo que sentar como una patada allá abajo: ¡realmente sí había llegado un Porsche 911 GT3 RS 4.0, pero se lo habían vendido a otro cliente que estaba más abajo en la lista de espera!

Indignado, el Señor Hughes, como se llama el protagonista de esta historia, denunció al concesionario ante la Corte de Preston y la resolución ha sido sorprendente. Afirman que la reserva de 10.000 libras inicial se trata de un contrato vinculante: “si llega una unidad al concesionario será para ti”.

Al no cumplir, puesto que llegó un ejemplar y esta no fue a parar al garaje del Sr. Hughes, el concesionario lo engañó y en la sentencia le obliga a pagar 35.000 libras, unos 46.000 euros, en daños y perjuicios: esta cifra coincide con la diferencia entre lo que costaba el coche nuevo (178.000 euros) y lo que cuesta a día de hoy en el mercado de ocasión (224.000 euros).

Además, el concesionario está condenado a pagar todos los costes de la trifulca judicial, unos 66.000 euros. Al final la broma y el engaño le ha salido muy caro al concesionario, lo que a mi personalmente me gustaría saber es si finalmente con este dinero, el Sr. Hughes se compra su ansiado GT3 RS 4.0 o si, tras la mala experiencia, prefiere comprarse un McLaren o un Ferrari.

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