Prueba del nuevo Maserati Ghibli 2016: es lo mismo, pero no es igual

Es italiano. Y bonito, lógicamente...

¿Un nuevo Maserati? 

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Nop. Se trata del Maserati Ghibli 2016, una nueva actualización de la berlina italiana dispuesta a luchar de tú a tú con el poderoso BMW Serie 5 o el Jaguar XF. Como en todo facelift que se precie, el nuevo Ghibli no tiene grandes cambios y su gama está acotada por los 76.500 euros del modelo diésel y los 103.900 del modelo S Q4. Más extras...

¿Qué tiene nuevo?

La pantalla del sistema de entretenimiento es más grande, su interfaz tiene un diseño más cuidado e intuitivo y ahora incorpora soluciones de conectividad como Apple CarPlay. También se ha trabajado en la mejora de la insonorización, se han incorporado nuevos elementos de seguridad y el bloque gasolina V6 que anima al Maserati Ghibli 2016 más sencillo ahora entrega 350 CV -20 más que antes-. Sí, la palabra que estás buscando para describir el cambio en la berlina italiana es sutil. 

Pero que haya pocos cambios no siempre es malo, porque el Ghibli ya era un coche muy bueno antes: su reparto de pesos de 50/50 lo hacen muy agradable de conducir y, gracias a su motorización a gasóleo, se ha convertido por méritos propios en un coche que agrada a las masas. ¿Te parece un disparate? En un mercado como el europeo la variante diésel es la que acapara prácticamente todas las ventas de la firma, con un 75% de unidades vendidas bajo esta configuración. Sí, a nosotros tampoco nos parece ni medio normal. 

Entonces, ¿es el Maserati Ghibli 2016 un buen coche?

Sí, y además es necesario tener en cuenta quienes son sus principales rivales para entender el mérito: BMW Serie 5, Jaguar XF, Mercedes-Benz Clase E... ¿Sabes lo mejor? Que es el más especial de todos ellos. Tiene puertas sin marco en las ventanillas, su interior tiene un diseño espectacular, y siempre queda mejor decir que conduces un Maserati... aunque sea diésel

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Pero no todo es perfecto: a la hora de ponerse al volante, el Jaguar XF sigue siendo la referencia y, por mucho que lo intente, el Ghibli no puede hacer demasiado contra él. Su puesta a punto es algo torturadora en firmes bacheados y a la hora de afrontar una carretera con curvas no es el más ágil del segmento. ¿Lo quieres para hacer viajes largos por autopistas y autovías? Entonces es tu coche...

Háblame de los motores

La oferta de motores disponible en el Maserati Ghibli 2016 está compuesta por una variante diésel de 275 CV y 600 Nm de par capaz de conformarse con un consumo medio de 5,9 litros cada 100 km. Si prefieres optar por la gasolina -deberías hacerlo, que para eso quieres comprar un Maserati-, la gama tiene un pequeño V6 de tres litros y 350 CV como escalón de entrada y otra más exprimida que puede entregar 409 CV si eliges la versión S o la S Q4 -dotada de tracción total-. 

Muy bien, pero dime cómo van...

El motor diésel no es precisamente inspirador en un coche de estas características, pero es cierto que mueve con mucha soltura la elegante carrocería del Ghibli y permite realizar unos consumos muy contenidos con unas prestaciones más que decentes -acelera de 0 a 100 en 6,3 segundos y su velocidad máxima es 250 km/h-. 

En el extremo opuesto de la gama se encuentra el bloque V6 de 409 CV que da vida a las dos versiones S, mucho más agradecido, divertido y con unas cifras algo más serias: sólo necesita 5 segundos para alcanzar 100 km/h y su velocidad punta es de 285. Combínalo con la tracción total y tendrás un Maserati Ghibli 2016 con algo menos de velocidad punta -284 km/h- pero dos décimas de segundo más rápido en el 0 a 100. Cuatro ruedas siempre han tirado más que dos... 

El sonido de sus escapes es muy especial y convierten en una gozada tomar las riendas del cambio de marchas a través de las levas situadas en el volante. ¿El principal problema? El Alfa Romeo Giulia Quadrifoglio Verde es igual de excitante... por bastante menos dinero. ¿Tiene Maserati el enemigo en casa? Desde la marca dicen que no, y tendremos que creerles... 

¿Qué tal el apartado de la tecnología?

El sistema multimedia ha dado un paso hacia adelante muy importante y ahora es más completo, elegante y con un aire muy premium. Pero el apartado de seguridad se le sigue atragantando al fabricante italiano y el funcionamiento de sus sistemas de prevención de accidentes no está tan depurado como el de sus rivales: hasta en tres ocasiones nos hemos llenado la boca de volante por haber detectado el sistema de frenada de asistencia un obstáculo... que no existía. 

Pero habrá mejorado en todo... 

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Casi. Pero sigue teniendo algunos fallos que no nos terminan de convencer, como el tosco selector del cambio que tiene, mucho más complejo y desagradable que el de sus rivales más directos. 

Entonces... ¿es mala compra?

En absoluto. Se trata de un coche con una calidad excepcional a la altura de un segmento donde la competencia es dura, trabajada y destinado a unos clientes muy exigentes. Y siempre será un Maserati. Si no fuera por la reciente aparición de un tal Giulia... 

Texto: Stephen Dobie

Nuestro veredicto

8