Prueba Citroën AMI 2021: no leas este artículo si estás pensando en comprarte un coche coche

Y aun así y aunque no lo creas, este 'no-coche' puede ser considerado un rompecuellos

Prueba del Citroën AMI. Más de uno se estará preguntando que a qué viene este titular. Y la razón es simple: el Citroën AMI que he probado no es un coche al uso, sino que se trata de un cuadriciclo ligero, es decir, un vehículo que se puede conducir sin estar en posesión del carné de conducir, y que incluso los adolescentes pueden llevarlo desde los 15 años.

¿Cómo es que Citroën se adentra en un mercado, el de los microcoches, en el que suelen operar desde hace años marcas como Ligier? Citroën quiere dirigirse a un público que normalmente no pensaría en un coche para sus desplazamientos urbanos, que actualmente lo haría en un patinete eléctrico o en una moto. Es decir, Citroën sigue la senda de otros fabricantes que han presentado propuestas soluciones de movilidad urbana, como es el caso del Renault Twizy o Seat Minimó, todos ellos vehículos eléctricos.

Cabe destacar que la marca francesa ha llegado a un acuerdo con la FNAC, el gigante de la distribución de productos culturales y también de tecnología, para distribuir también en sus tiendas el Citroën AMI.

Cuando llegue el Citroën AMI a España, en marzo de 2021 –en Francia ya circula por las calles de París–, podrá comprarse al contado desde 6.900 euros (precio del modelo de acceso), alquilar (renting desde 19,99 euros) y en está aún en fase de estudio que pueda contratarse por minutos dentro de la oferta de Free2Move de coche compartido (car sharing). Y en todos los casos, todo el proceso de contratación, compra y demás será online, ya sea en la web de Citroën o en la de la FNAC.

Citroën AMI: esto es lo que ofrece

 Lo primero que me llama la atención del Citroën AMI, que se fabrica en Marruecos, es su diseño exterior. Lo mires por donde lo mires es diferente. Tan distinto es que si lo ves circulando por la calle no sabes si viene o va. Simetría lo llaman...

Toqueteo su carrocería –su chasis es tubular– y descubro que el AMI lleva un traje de plasticorro duro, como el que tienen en su interior muchos coches nuevos, pero el AMI lo lleva por fuera. ¿Aguantará un choque? Desde Citroën me dicen que sí. Pues no será yo quien lo ponga en duda y mucho menos desde un punto de vista práctico. 

El Citroën AMI es una caja de zapatos rodante que mide 2,41 metros de largo, 1,36 m de ancho y 1,52 m de alto. Me surge la duda de si mi cuerpo serrano de 1,83 metros de altura cabrá dentro. Vamos a ello, y lo primero sorpresa: hay dos llaves, una para abrir el AMI y otra para arrancar. Abro y me meto en el AMI, y aunque parezca mentira, quepo. 

El interior del Citroën AMI se caracteriza por un diseño fresco, sin lujos de ningún tipo. Los dos asientos son como los de los autobuses públicos urbanos, con almohadilla para la posaderas y en la espalda, pero de plástico duro duro. De la puerta cuelga un tira naranja, el tirador de la puerta para cerrarla, pues para abrirla se requiere de otro tirador. Me gusta del interior del Citroën AMI es que conectas tu smartphone y ya tienes navegador y tu mundo.

Los miniespejos retrovisores exteriores del AMI se ajustan a mano, pero a pesar de su pequeño tamaño da buena visibilidad de lo que ocurre por detrás.

Meto la llave y arranco. Por delante tengo un recorrido de 45 minutos por la ciudad de Madrid, por sus callejuelas y sus subidas y bajadas.

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A la hora de comenzar el recorrido, 18.00 h, tengo el sol de frente y molesta mucho. Y yo sin gafas de sol... ¡Mecachis! En fin, busco la visera contra el sol... y ¡no hay! Me dicen que es un extra. Pues... ¡vaya! otra vez. Tampoco hay espejo retrovisor interior, lo cual me parece un error tremendo.

Motor del Citroën AMI

El Citroën AMI monta un pequeño motor con una batería de 5,5 kWh, que se recarga en 3 horas con un enchufe convencional de 220v, con lo que consigue una autonomía de 75 km. Más que suficiente para hacer recorridos ubranos. Su velocidad máxima está autolimitada a 45 km/h. Ahí va eso...

Lo cierto es que al iniciar la prueba del Citroën AMI, me siento un poco vulnerable. Y eso que el AMI se mueve con agilidad, al tomar las curvas es una delicia por su pequeño radio de giro, y por las estrechas callejuelas de la capital, este miniCitroën se mueve como un pececillo en el agua. Salvando las distancias, su comportamiento es como el de un kart... carrozado.

Llego a un semáforo en rojo, y me da la sensación de que cuesta un poco frenarlo, pero solo es una sensación. Es entonces cuando se produce la epifanía: la gente se para a verlo, hombres y mujeres tuercen la cabeza. ¡Flipo! El Citroën AMI es, sin duda, llamativo y a pesar de su formas –para gustos, los colores, lo sé– es un rompecuellos. ¡Toma ya!

En las bajadas y al intentar frenar, la sensación de que cuesta frenar el Citroën AMI se confirma. Pero no es que se desboque, ni mucho menos. Curiosamente en las subidas –tan típicas en Madrid– el AMI responde con soltura, pero si llevas un bus detrás, pisándote los talones, te sientes como la débil presa de un tiburón de va devorar. Sudé tinta...

Esta sensación se agrava sobre todo en zonas donde la velocidad máxima no son de 30 km/h, y los coches de verdad van como una exhalación. Madrid es mucho Madrid para andar con un vehículo de velocidad autolimitada; en otras ciudades más civilizadas no habrá ese problema.

Ma acerco a un cruce, y quiero avisar a otros coches de que vengo, no vayan a saltarse el ceda el paso y yo con estos pelos. Iluso de mí, presiono el centro del volante pensando que ahí está el claxon... y no. ¡Mierd...! El Citroën AMI tiene la bocina en una de las palancas del volante...

¿Y cómo anda de suspensiones? Pues suspende. Al circular sobre baches y badenes, el Citroën AMI tiene unas suspensiones no aptas para espaldas delicadas. Pero lo mismo te pasa cuando circulas con un patinete...

En conclusión: el Citroën AMI me parece una solución de movilidad bastante interesante, sobre todo pensando en las nuevas generaciones. Y como tal hay que juzgarlo. De hecho, el alquiler (renting) cuesta menos que el abono transporte (previa pago de entrada, eso sí). Es para pensárselo... Además de que contará con etiqueta cero emisiones. Ni tan mal...

Nuestro veredicto

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