Prueba del Lamborghini Aventador Ultimae: un último baile para los V12

Ultimae, o último el latín. El ocaso de una era.

La prueba del Lamborghini Aventador Ultimae es ese último tango sobre el asfalto de un motor V12 puro de Lamborghini, antes de que llegue una era que la marca del toro parece haber retrasado lo máximo posible, en comparación a sus competidores.

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Este será el último coche deportivo de la marca con una unidad de potencia pura de combustión, sin hibridaciones ni trampa ni cartón. 780 CV de puro placer, así que a disfrutar mientras podamos.

12 cilindros, tracción total y una pequeña mejora

A efectos prácticos, se trata del Lamborghini Aventador que recoge las mejores piezas mecánicas de todas las generaciones anteriores. Su motor es el mismo de 6,5 litros que el del Aventador SVJ con 10 CV adicionales. Sus revoluciones máximas van un poco más allá de las 8.500 rpm, y el par máximo aumenta hasta los 720 Nm de par.

El chasis es como el del Aventador S, lo que le proporciona dirección delantera adaptativa y también dirección en el eje trasero. Los materiales de alta calidad, como la fibra de carbono, ayudan a conservar un peso seco de 1.600 kg (sin fluidos), así que sobrepasará por poco los 1.700 kg. Nada mal para un coche de tracción total con un diferencial Haldex.

Sin embargo, la carrocería se desprende de los agresivos detalles del SVJ, aunque conserva un alerón activo que se camufla con las líneas del diseño a baja velocidad. En total, habrá 350 coupés y 250 roadster. Eso en principio, porque 15 unidades se han perdido con el hundimiento del barco del Grupo Volkswagen en las Islas Azores hace unas semanas, que tendrán que ser reemplazados.

¿Tanto revuelo por este último V12?

Si algo ha demostrado la prueba del Lamborghini Aventador Ultimae es que sí, merece todo ese revuelo y más. Junta todo lo mejor de los Aventador con una línea elegante y un atronador sonido que te perfora de costado a costado.

Un deleite para los sentidos y un 0 a 100 km/h de 2,8 segundos, que lo mismo es. Su velocidad máxima es de 335 km/h y el consumo de combustible no te importa, porque para eso están, Ramón.

La recuperación de potencia en bajas revoluciones es bastante progresiva, nada brutal. Se nota la admisión atmosférica, y para mucho supera en sensaciones a un motor turbo. Aunque como todo, siempre hay algún punto 'menos perfecto'.

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En este caso, su transmisión ISR semiautomática de 7 velocidades y un solo embrague es dura y directa. Demasiado de hecho, con tirones bruscos. Pero es eso lo que esperamos de una bestia, ¿no? 

Los cambios de marcha solo necesitan 50 milisegundos para efectuarse, pero hay que domar esa brusquedad. Por ciudad, con cuidadito, que ya se sabe como van este tipo de cajas de cambios yendo despacio o por zonas estrechas.

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Su frenada cuenta con discos de 400 mm delante junto a pinzas de 6 pistones, y discos de 380 mm con pinzas de 4 pistones detrás. Carbocerámicos, por supuesto. Porque las bestias también necesitan frenarse con cierta rigidez de vez en cuando, más si cabe al hablar de un bólido cuyo hábitat natural deberían ser los circuitos.

En definitiva, un 'último adiós' al que la gente mirará en las calles

Lamborghini Aventador Ultimae.
Lamborghini Aventador Ultimae.

Esta prueba del Lamborghini Aventador Ultimae arroja la visión del último gran V12 de Lamborghini antes de tiempos que, para unos serán peores y, para otros, simplemente el futuro. En cualquier caso, no modifica la visión que se tiene de la marca.

Un coche elegante, potente, de un rendimiento excepcional y que devora tus sentidos hasta hacerte completamente feliz en ese instante en el que lo llevas al extremo del baile, del tango con su poderoso motor sobre el asfalto.

Nuestro veredicto

9

Etiquetas: Superdeportivos