Prueba del Opel Astra 1.2 de 130 CV: un compacto equilibrado y muy capaz

Prueba del Opel Astra 1.2 de 130 CV

Hemos probado el Opel Astra 1.2 de 130 CV, probablemente la versión más equilibrada del conocido compacto alemán en su recién estrenada sexta generación.

Hoy en día, los compactos siguen siendo una buena alternativa para quien busque practicidad, espacio razonable y un comportamiento agradable. Sin embargo, para mantener esas cualidades es necesario evolucionar y uno de los que más lo ha hecho es el coche que me acompaña hoy. Esta es la prueba del Opel Astra 1.2 de 130 CV.

El compacto de Opel se puede calificar como todo un veterano en este segmento. El Kadett abrió el camino y, desde 1991, el Astra se ha sabido mantener como una de las alternativas de referencia dentro de los de su clase. Eso sí, ahora ha llegado una nueva generación bajo el paraguas de Stellantis, la cual está caracterizada por multitud de cambios.

Diseño e interior del Opel Astra

Entre esos cambios, el más evidente es la relación del Opel Astra con el Peugeot 308, con el que comparte multitud de componentes. Esto puede hacer que la identidad de ambos quede algo desdibujada, pero lo cierto es que el enfoque de la propuesta francesa y de la alemana es diferente. 

Tan solo tengo que echar un vistazo al diseño del Opel Astra para comprobarlo. En general, dominan las líneas rectas y angulosas, no tan suaves como las del compacto de la marca del león. Asimismo, llaman la atención detalles como el frontal Opel Vizor de color negro, que ayudan a marcar el carácter propio de este modelo.

Más allá de esto, en mi caso me encuentro junto a una unidad en acabado Ultimate de color amarillo, tono que se combina con el negro del techo y los pilares para dar un resultado realmente atractivo. Eso sí, también ayudan a mejorar la estética las llantas de 18” de este ejemplar, envueltas en unos neumáticos Michelin Primacy 225/40 R18.

Interior del Opel Astra

Así, me quedo con unas buenas primeras impresiones, las cuales se trasladan al interior en cuanto me subo al asiento del conductor. Aquí me encuentro unos asientos tapizados en Alcantara que agarran adecuadamente. Además, dado que cuentan con un prolongador para el conductor y el acompañante, te sentirás cómodo independientemente de tu altura.

Por otra parte, otro aspecto que me gusta del interior del Astra es la amplitud en las plazas delanteras, aunque en las traseras me veo algo justo con mi 1,90 m de altura. Aun así, el espacio es suficiente para la mayoría de la gente.

Interior del Opel Astra

Ahora bien, si hay algo que define los habitáculos de los coches en la actualidad, es la tecnología. Por ello, me encuentro con dos pantallas en el salpicadero que tienen una buena visibilidad, aunque el funcionamiento del sistema de infoentretenimiento y del Apple CarPlay no sea todo lo fluido que debería en ocasiones, quedándose colgado ocasionalmente.

Aun así, hay puntos positivos, ya que no todo se maneja desde la pantalla y se acompaña de una hilera de botones con accesos directos. Además, hay otro grupo de mandos para la climatización, mientras que interruptores como el de los modos de conducción -Eco, Normal y Sport- se encuentran en la consola central en negro piano, demasiado amiga de las huellas dactilares.

Motor del Astra 1.2 de 130 CV

El motor del Opel Astra 1.2 que me acompaña en esta prueba es un bloque de 3 cilindros de gasolina que rinde 130 CV. Está además acompañado de un cambio automático de 8 velocidades enfocado a ofrecer el menor consumo, sin penalizar el rendimiento por ello.

Así, esta versión es la que se sitúa por encima del motor menos prestacional, con 110 CV y también disponible con cambio manual. Si lo que buscas es un rendimiento superior a estas motorizaciones o a las diésel de 130 CV, tendrás que ir a versiones como la híbrida enchufable de 180 CV.

¿Cómo se comporta?

Comienzo mi prueba del Opel Astra 1.2 de 130 CV con calma, para ir conociendo al coche. Lo primero que noto es el bajo sonido del motor, algo que también es así gracias al cambio automático, que trata de mantener unas revoluciones bajas. Eso sí, en este caso la respuesta es igualmente buena, lo cual es destacable.

De la misma forma, otro aspecto que me convence es la suspensión, que filtra con suavidad los baches en las velocidades habituales de ciudad. En general, en el entorno urbano este compacto se desenvuelve bien y es lo suficientemente ágil como para cumplir con creces en los recorridos habituales.

Prueba del Opel Astra 1.2 de 130 CV

Ahora bien, el comportamiento en carretera también es importante y por ello me dirijo a ella. Al incorporarme, piso con fuerza el acelerador y el cambio reduce marchas para ofrecer un mejor rendimiento, algo que hace que el sonido del tres cilindros sí se aprecie más en el interior. Aun así, no llega a ser una molestia.

Así, ya en una circulación relajada el silencio vuelve a reinar y la suspensión sigue trabajando adecuadamente. De hecho, también lo hace en carreteras más reviradas, donde llevo la siguiente fase de la prueba para comprobar realmente las capacidades de este modelo.

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Aquí, en curvas percibo una estabilidad constante, también a mayores velocidades. Es en estos momentos donde también brilla la dirección y el propio chasis, que permite conducir de forma más enérgica en ciertas carreteras sin que eso suponga alguna dificultad. Aun así, este no es un compacto deportivo, incluso aunque tenga un modo de conducción deportiva.

Si bien en el modo Eco se intentan reducir las revoluciones y ofrecer una respuesta general más suave, el Sport me permite aprovechar más las marchas y el tacto de la dirección varía ligeramente. No obstante, la diferencia no es radical, aunque pueda combinar esto con el modo manual de la caja de cambios.

¿Por qué? Por un lado, el cambio no permite subir demasiado las revoluciones para proteger el motor. Además, el tacto de las levas del volante es muy suave y casi son imperceptibles los cambios de marcha, en parte también porque la distancia entre las 8 relaciones es muy pequeña.

De esta manera, en el Astra 1.2 no vas a encontrar una conducción especialmente emocionante, pero no por ello es aburrida. El rendimiento cubre de sobra las necesidades del día a día y lo hace con unos consumos que se sitúan en torno a los 6 litros cada 100 km, lo cual no es demasiado.

Conclusión y precios

En definitiva, este compacto sigue ofreciendo buenas cualidades por muchos años que pasen, especialmente en esta motorización. En este caso, se trata de un modelo equilibrado y suave, que ofrece una buena versatilidad y eficiencia. Esto, sumado a un rendimiento satisfactorio, hace que sea una de las mejores compras actualmente en este segmento.

Así, el precio del Opel Astra 1.2 de 130 CV con acabado Ultimate se sitúa en unos 35.000 euros, aunque acabados inferiores pueden quedar por debajo de los 30.000 euros. Asimismo, la motorización de 110 CV es la más barata, pero probablemente sea la de 130 CV la que mejor puede combinar con este compacto.

Eso sí, por ese rango de precios hay otros rivales atractivos. El más evidente es el Peugeot 308, que parte de unos 26.600 euros. Asimismo, el Ford Focus es y siempre ha sido otro de sus competidores, con un precio que parte de unos 25.800 euros.

Nuestro veredicto

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