Prueba del Volkswagen Golf GTI Clubsport: 300 CV de puras sensaciones

Volkswagen Golf GTI Clubsport MK.8

Conducir del punto A al punto B es una cosa, pero disfrutar del punto A al punto B es genial.

Conducir un coche de 300 CV no es una oportunidad que se presente todos los días. La prueba del Volkswagen Golf GTI Clubsport ha demostrado lo que significa disfrutar al volante de un coche que hace que vibres con solo cambiar el modo de conducción.

Volkswagen tiene muy claro lo que conllevan las siglas GTI. La historia que hay detrás. Y cada año lleva esa herencia más allá. Y eso es lo que hace esta versión Clubsport, que vitamina al Volkswagen Golf GTI estándar para darle un toque final de sentimiento.

Una estética aún más deportiva

La unidad que pude probar era de un color Plata Réflex metalizado (así lo llama Volkswagen), y a primera vista son muy notorios los cambios de la carrocería respecto al Golf GTI.

El Volkswagen Golf GTI Clubsport posee un nuevo parachoques frontal que, como curiosidad, tiene una abertura asimétrica en el lado derecho donde se encuentra el intercooler. Cómo no, la tira LED que une ambos faros (que a mi gusto es espectacular). En la parte baja del parachoques, un splitter en negro mate que serpentea hacia atrás.

Estas son las diferencias entre el Volkswagen Golf GTI Clubsport y GTI

Una línea que continúan las nuevas taloneras con un añadido similar y donde hay que destacar los vinilos de las puertas, seña de identidad de la versión Clubsport. En la parte trasera, finalmente, un nuevo difusor y colas de escape, así como un alerón rediseñado que da el toque deportivo final a la aerodinámica.

Y como guiño a su hermano mayor, el Volkswagen Golf R, llantas de ese coche en 19" con toques plateados y negro brillante que combinan genial con el resto del coche.

Estéticamente, un Golf GTI llevado aún más al extremo, y luce sencillamente genial.

Un interior cómodo y deportivo, aunque la pantalla es el punto débil

Durante la prueba del Volkswagen Golf GTI Clubsport pude convencerme de que, el hecho de que no hay cambios en el interior respecto al Golf GTI base, no es un punto negativo. Porque esta versión se centra en el rendimiento, y el interior ya lo acompaña suficientemente bien.

Encontramos un sistema de caja de cambios automática DSG (la única opción del Clubsport) con un selector de marcha en interruptor, muy diferente a las palancas convencionales a las que estábamos acostumbrados. Un volante multifunción con las levas para el cambio manual, y la instrumentación digital personalizable en una pantalla de 10,25".

Los asientos son muy cómodos: semibaquets que te envuelven en las curvas y no te dejan ir, y sobre todo para el conductor, con opciones tan necesarias como el ajuste de la parte baja del respaldo. Porque las lumbares lo agradecen a cada metro. Por otro lado, en las plazas traseras, espacio suficiente y comodidad. Lo que debería ofrecer un coche compacto, en definitiva.

Sin embargo, las comodidades del habitáculo, el cargador inalámbrico de smartphone (junto a dos cargadores USB-C), la iluminación LED ambiental o el techo solar se ven ensombrecidos levemente por la pantalla. El sistema de entretenimiento del Golf GTI Clubsport está dominado por la interfaz táctil multimedia Discover Pro de 10".

Prácticamente la mayoría de aspectos del coche se rinden al control digital táctil. Desde el selector de modos de conducción hasta muchos parámetros como luces, control de suspensiones o la calefacción. Y sería una apuesta genial si fuese acompañada de velocidad.

No me malinterpretéis, la pantalla es, en términos de diseño y opciones, realmente buena. Pero será necesaria una actualización del sistema MIB3, porque los reinicios, algún que otro bloqueo y la lentitud con la que reacciona es a veces un poco desquiciante. Sobre todo al arrancar. Aunque cuando funciona bien, la disfrutas.

Otro punto negativo de esta pantalla es que posee unos botones táctiles fijos en la parte inferior para el control de la calefacción y el volumen. Sí, son útiles porque están a mano y no tienes que centrar tu atención en el sistema multimedia, pero no están retroiluminados, así que no los verás de noche y cuando caiga el sol, serán completamente inútiles.

Como otro punto curioso, quizá sobren botones en el volante. Si vas tranquilo no tienes problema alguno, pero si te vas a tocar algún que otro límite con el coche y a pasarlo bien en las curvas, vas a pulsar botones sin querer en los movimientos y los cambios de marcha, asegurado. Gajes del oficio, supongo.

Finalmente, su maletero es de 374 litros, ampliable abatiendo los asientos traseros hasta los 1.230 litros, que son cifras más que solventes en un coche de estas dimensiones. En definitiva, espacio no falta. El interior es cómodo y cumple con su función deportiva, y esperamos que una actualización termine por pulir al sistema de entretenimiento.

La conducción invita a seleccionar el Modo Nürburgring como predeterminado

Hablemos de la conducción, porque este es el punto fuerte del coche. La prueba del Volkswagen Golf GTI Clubsport me demostró una cosa: para ir en modo ECO tienes que hacer una especie de meditación Jedi que te convenza de que es necesario, porque el modo Nürburgring está a solo un toque de pantalla, y es muy tentador.

Tanto, que de la totalidad de los siete días que pude probar el coche, os aseguro que el 70% fue en modo Nürburgring. Aquí, el motor 2.0 TSI turbo de 300 CV y 400 Nm de par libera todo su potencial. La dirección se endurece al máximo y las suspensiones adaptativas se tornan muy similares a la dureza de unas suspensiones roscadas (y lo digo por experiencia propia).

El coche pasa a ser una máquina de alto rendimiento con un paso por curva sensacional. Su diferencial autoblocante electromecánico trabaja bien en la entrada a los vértices, con velocidades que son difíciles de creer en muchos otros coches, y la salida es suave, aumentando las marchas con las levas mientras el turbo hace su trabajo y notas su empuje.

Usad las levas del sistema DSG de siete velocidades, de verdad. Que no se pierda la sensación del cambio de marcha, las reducciones con las explosiones (maravillosas) del escape, el gorgoteo del motor y el rendimiento en las salidas de curva apurando el cuentarevoluciones.

El GTI Clubsport se puso a punto en Nürburgring, y eso se nota. Es un coche muy rápido, capaz de hacer el 0 a 100 km/h en solo 5,6 segundos y alcanzar los 250 km/h de velocidad máxima, aunque esto último deberás dejarlo para los circuitos.

Otro punto sorprendente son los frenos. Delante, discos perforados de 357 mm con pinzas flotantes de dos pistones, y detrás discos estándar de 310 mm con pinzas flotantes monopistón. Sí, una de seis pistones hubiese estado bien, pero os aseguro que no hace falta para frenar los 1.530 kg de peso y detener los neumáticos Continental en 235/35/19 de medida, que funcionaron siempre genial.

El coche y su mecánica, simplemente, rezuman seguridad y rendimiento. De la mano. En el interior te sientes ingrávido, pero concentrado en los procesos y en sentir los movimientos del coche, que pasan a ser bruscos en el modo Sport y Nürburgring, porque así deben ser para tenerlos bajo control.

Y si ese tipo de conducción no te gusta, tienes el modo ECO y el modo Confort con sus medias de unos 8,0 litros a los 100 kilómetros yendo alegres, que está realmente bien para un coche de este potencial. Y los badenes y baches ni los sentirás.

En definitiva, un coche fabricado para hacerte sentir

Volkswagen Golf GTI Clubsport.
Volkswagen Golf GTI Clubsport.

Banzai Motorsport

El Volkswagen Golf GTI Clubsport es para la gente a la que de verdad le gusta conducir y sentir la carretera. Si te apasiona todo ello, la potencia y el rendimiento, es un coche sensacional. Sí, el sistema de entretenimiento necesita una revisión y el interior es cómodo aunque sin excederse, pero te olvidas de todo ello.

Te olvidas en cuanto escuchas el sonido del escape con las ventanillas bajadas, sus explosiones en túneles, calles o en la carretera, todo mientras el motor se revoluciona. Y subes marcha, bajas marcha, aceleras, frenas, contravolanteas... 

¿Habéis visto la película de Le Mans 66? Esa frase de Carroll Shelby (Matt Damon) que dicta: "Hay un momento, a 7.000 rpm, en el que todo se desvanece. La máquina parece ingrávida, y se desvanece. Y solo queda un cuerpo que surca el espacio y el tiempo". Pues precisamente eso es el Volkswagen Golf GTI Clubsport a pleno rendimiento.

Nuestro veredicto

8