El Ford Mustang Mach-E es uno de los coches eléctricos que más pasiones levantarán el próximo año. Su diseño afilado y con rasgos que recuerdan al Mustang, sus potentes motores, su gran autonomía y un precio que podría poner en apuros a la competencia. Estas son las 8 cosas que hemos aprendido del Ford Mustang Mach-E durante sus primeros días de vida. ¡Ojo con este Ford!

Es rápido

Casi todos los coches eléctricos tienen buenas prestaciones y el Ford Mustang Mach-E, con su concepción de coche con cierto espíritu deportivo, con más razón. La gama tendrá tres niveles de potencia: 258, 337 y los 465 CV de la versión GT. En la versión AWD Long Range, con sus 337 CV, la aceleración de cero a cien se sitúa en torno a los 7 segundos. Para los que quieran las mejores prestaciones, el Ford Mustang Mach-E GT puede acelerar de cero a cien en 4,5 segundos.

No puedes hacer trompos

Sí, puede parecer un Mustang, pero no, no puedes hacer trompos con él. La tracción es tan buena y la electrónica está tan trabajada que no te permiten la más mínima alegría a la hora de quemar rueda. Sin embargo, los ingenieros de Ford no descartan que en algún futuro se pueda hacer algo en este aspecto, por pura diversión. Recuerda, que el Ford Mustang Mach-E puede recibir actualizaciones de manera completamente online, a distancia.

Gira bien

No hay duda que los grandes SUV eléctricos tienen un gran problema: el peso de sus baterías. Son coches bastante torpes. En el caso del Ford Mustang Mach-E con tracción total y las baterías de casi 100 kWh, el peso se va a los 2.218 kilos. Con la batería más pequeña y tracción trasera logra bajar de la barrera de las dos toneladas. Sin embargo, en un circuito de conos, pudimos comprobar que el Mustang Mach-E gira bien, firme, con estabilidad y precisión. El chasis puede con todo y puedes usar el acelerador sin miedo a irte recto.

¡Hace ruido!

Los modos de conducción modifican la respuesta del motor, del acelerador o del sistema de regeneración de energía. Pero también el ruido que genera el Ford Mustang Mach-e. Y es que, para mejorar la conexión entre hombre y máquina, los ingenieros de Ford han desarrollado una serie de sonidos que cambian conforme el motor sube de velocidad. Para seleccionarlos, en Ford crearon hasta 30 sonidos diferentes y los fueron probando entre algunos de sus clientes a lo largo y ancho del planeta.

Buena pisada

El Ford Mustang Mach-E tiene un comportamiento dinámico convincente, una pisada que no deja dudas. Se muestra sólido, sin crujidos, con una construcción de calidad. También resulta ágil y agradable de conducir en ciudad, y eso que Los Ángeles es una de las ciudades más caóticas de EEUU. El Mach-E va por donde se le indica y ha demostrado tener un gran equilibrio en cuanto a comportamiento, algo muy interesante en un coche como este.

El acceso al interior es cómodo

El Ford Mustang Mach-E es un SUV de carretera. Tiene una carrocería sobre elevada que permite un acceso al habitáculo muy rápido y cómodo. No, no es un coche para salir de ruta por la montaña, pero estos detalles pueden marcar la diferencia a nivel de confort. Además, la manera de abrir la puerta también es muy curiosa: debes tocar un sensor óptico que abre la puerta un par de centímetros. Sin manetas visibles, el diseño lateral es muy limpio y elegante.

Buen espacio interior

El espacio interior del Ford Mustang Mach-E es más que notable. En las plazas delanteras tienes una gran sensación de espacio y de desahogo, gracias a un salpicadero minimalista que deja mucho hueco libre. En las plazas traseras, pese a que la carrocería tiene una caída de estilo coupé, el espacio para las cabezas no es malo, igual que para las rodillas. Incluso se puede aprovechar bastante bien la plaza central, ya que el suelo es completamente plano.

No empezó siendo un Mustang

El proceso de desarrollo del Ford Mustang Mach-E ha ido evolucionando con el paso del tiempo. Al principio, el Ford querían desarrollar un coche eléctrico sensato, con mucho espacio interior, con prestaciones normales, gran eficiencia y bajo coste. Pero poco a poco, con la llegada de nuevos modelos al mercado, la idea inicial fue evolucionando.

El mercado se llenó de nuevas propuestas como el Faraday Future o el Nio, hoy en día ya prácticamente en quiebra. Tesla tenía dificultades para fabricar el Model 3, el Chevrolet Bolt, que seguía una idea similar a la de Ford, no terminaba de venderse bien e incluso el BMW i3 tampoco conseguía grandes cifras de ventas.

De esta manera, Ford pensó. ¿Qué podemos ofrecer? Prestaciones, herencia deportiva…¿el Mustang? De esta manera, se decidió cambiar el planteamiento del coche hacia algo mucho más pasional y con una imagen más potente y unir el futuro eléctrico de la marca al pasado más glorioso, el Ford Mustang. 

Fue una idea complicada de asimilar, ya que corres el riesgo de dañar la imagen del mito, pero finalmente se apostó por eso: ¡incluso Bill Ford tardo un tiempo en dar su visto bueno! Ahora es cuestión de tiempo saber si esta fue una buena decisión.