9 coches de calle que existen gracias a las carreras

Nissan Skyline GT-R R33 LM

¡Benditas normativas de homologación!

A lo largo de las décadas, se han lanzado al mercado todo tipo de coches que nos han hecho soñar despiertos y desear con todas nuestras fuerzas que nos tocase la lotería para poder disfrutarlos. 

Te interesa: Los 5 mejores coches de carreras

Sin embargo, dentro de esos modelos ‘especiales’ hay algunos que lo son aún más, ya que están homologados para su uso en carretera, pero parece que acaben de salir de un circuito. Hoy os hablamos de 9 coches de calle que existen gracias a las carreras.

Alfa Romeo 33 Stradale

Alfa Romeo 33 Stradale

Este sensacional Alfa Romeo empezó como un prototipo de un coche de carreras y tenía mucho más que una estética espectacular. Montaba un motor V8 de 2 litros hecho de aluminio que rendía unos 230 CV, por lo que ofrecía unas prestaciones muy interesantes para la época.

BMW M1

BMW M1

Probablemente, este sea uno de los coches más peculiares de BMW. Diseñado por Giugiaro, contaba con un chasis monocasco de acero y sus paneles de la carrocería estaban hechos de plástico reforzado con fibras. 

Fue creado para poder competir en el Grupo 4 de la FIA y se trata del primer modelo con denominación ‘M’ de la marca. Estuvo en producción desde 1978 hasta 1981 y montaba un motor de 6 cilindros en línea con 277 CV.

Ferrari 250 GTO

Ferrari 250 GTO

Se fabricó inicialmente con la idea de crear el coche más ligero y aerodinámico posible, ya que el objetivo era cosechar los mejores resultados en los circuitos. Tan solo se fabricaron 39 unidades y bajo el capó se encontraba un motor V12 con 300 CV. Un ‘cavallino’ muy salvaje.

Ford RS200

Ford RS200

Los 80 fueron unos años locos, pero nos trajeron coches tan brutales como este Ford. Estaba fabricado en un chasis de competición y se trataba de un pequeño coche con motor central que estaba llamado a conquistar los rallies, aunque finalmente no fue así.

Montaba tracción a las cuatro ruedas, un avanzado sistema de suspensión y contaba con unos 450 CV. Todo eso no fue suficiente para ser el rey de los trazados, pero su apariencia lo convirtió en uno de los coches más llamativos de la marca.

Lancia Stratos

Lancia Stratos

Toda una leyenda dentro de la marca italiana. Diseñado por Bertone, este pequeño deportivo se hizo con tres Campeonatos del Mundo de rallies consecutivos en su momento. En su versión de calle, el motor V6 provenía del Dino de Ferrari, que ofrecía unos 190 CV. Eso sí, eran más que suficientes como para mover con brío los 980 kg de peso del Stratos.

Nissan Skyline GT-R R33 LM

Nissan Skyline GT-R R33 LM

Esto no es un coche, es un unicornio, y probablemente sea más fácil encontrarse a esa criatura que a este modelo. Creado de acuerdo a la normativa de Le Mans, que implicaba que debía fabricarse al menos una unidad del R33 LM de calle para poder participar, Nissan se tomó la regla al pie de la letra. Solo se creó un ejemplar, que actualmente está en las instalaciones de la marca en Yokohama.

Fue creado por Nismo y, más allá de su espectacular carrocería ensanchada, montaba un motor biturbo de 6 cilindros en línea que ofrecía unos 400 CV. Era tracción trasera y su peso se redujo hasta los 1.150 kg.

Plymouth Superbird

Plymouth Superbird

La aerodinámica en los años 60 y 70 no era tan avanzada como en la actualidad, pero en este modelo se puso toda la carne en el asador. Se fabricó este y el Dodge Charger Daytona, y eran prácticamente el mismo coche. Contaban principalmente con una delantera en forma de cuña y un alerón trasero -muy- grande. Además, el Superbird montaba varios motores, como un V8 de ¡7 litros! que rendía 425 CV.

Porsche 911 GT1

Porsche 911 GT1

No lo parece, pero este 911 está homologado para carretera. Fue creado como coche de competición y en esa variante contaba con más de 600 CV. Eso sí, la versión de calle se hizo algo menos radical y se le añadieron detalles como un interior más útil y cómodo para el día a día.

Peugeot 205 T16

Peugeot 205 T16

Coge un coche pequeño, ponle un motor central con turbo, tracción a las 4 ruedas, mejoras de suspensión y demás. ¿Cuál es el resultado? Un coche sorprendente que se convirtió en uno de los iconos del aclamado Grupo B de rallies. En competición, este Peugeot contaba con más de 300 CV, pero su versión de calle era una más relajada y se quedaba en unos nada despreciables 200 CV. Además, es difícil hacerse con un utilitario de aspecto tan bestia en la actualidad.