El motor Hellephant HEMI de 1.014CV nos dejó a todos con la boca abierta la semana pasada: por 30.000 dólares podías comprarlo y hacer con él lo que te diese la gana. Hacer una mesa de decoración, metérselo a una bicicleta, etc. Pero nosotros somos de cuatro ruedas y de músculo americano. Y créeme: ¡se me ocurren muchos coches en los que metería el motor Hellephant de 1.014 CV! Ahora bien, con cinco para ir tirando creo que es suficiente:

Suzuki Jimny

Es el todoterreno barato de moda y no me extraña: es simpático, con un diseño simple pero robusto y atractivo y con una buena capacidad off-road. Probablemente lo peor sea que tiene un motor demasiado pequeño. Un motor de gasolina de 102 CV que sin duda será insuficiente para escalar rocas a lo bestia. ¿Se te ocurre un mejor motor para el Suzuki Jimny? Con 1.288 Nm de par no habrá montaña que se le resista. Aunque es obvio que necesitará alguna modificación más para sobrevivir a semejante envite de fuerza.

Toyota GT86

El Toyota GT86 es el coche corto de potencia por antonomasia. Todos lo queremos, pero todos lo soñamos con algo más de potencia. Probablemente con 350 CV sería el coche perfecto, pero ya que nos ponemos, ¿qué tal un V8 de más de 1.000 CV? Pues ideal. Eso sí, habría que ser muy cauto a la hora de dosificar el gas, al menos si queremos conservar los neumáticos traseros durante más de 10 km. ¿Y para drift? ¡Ojo que podría ser el aparato definitivo!

Tesla Model S

Hay que reconocerlo: el Tesla Model S mola mucho. Su diseño es todo un acierto, combina elegancia con ciertos toques deportivos que lo hacen muy atractivo. En su interior, la más moderna tecnología y las locuras clásicas de los chicos de Elon Musk. Es un coche eléctrico y eso, para muchos, es lo más interesante. Pero: ¿qué tal con el V8 Hellephant bajo el capó? Sería una auténtica bestia. El coche americano más famoso de los últimos tiempos recibiendo un guiño de sus antepasados. Me gusta la idea.

Lexus LC

El Lexus LC es uno de los coches nuevos de 2019 con un diseño más espectacular. Afilado, pero a la vez elegante y sofisticado. Ídem en el interior. La verdad es que estéticamente es brillante, pero a nivel mecánico no termina de convencer. ¡Lo que necesita es un V8 con más de 1.000 CV para rugir y dar mucho miedo a cualquiera que se cruce con él! No sé tú, pero yo me imagino un Lexus LC F con este motor, algo más ancho, ligeramente más bajo, con una suspensión más firme y un interior mucho más racing, con buckets, arneses y una dosis extra de alcántara y fibra de carbono y me sale la sonrisa tonta.

Volvo V90

Volvo siempre ha sido una marca tranquila, sosegada, centrada en la seguridad y en la practicidad, pero salvo en momentos de lujuria momentánea, como con el 850R, ha sido una marca demasiado tranquila. Yo terminaría con ello: un Volvo V90 con el motor V8 Hellephant y más de 1.000 CV, una estética tan racing que haría palidecer al mismísimo Audi RS6 y una combinación única entre calidad y prestaciones brutales. Los nuevos Volvo son muy atractivos, pero necesitan un revulsivo en forma de potencia y diversión, dejando la electricidad de lado.