El Ferrari F50 fue presentado tal día como hoy, 8 de marzo, en 1995. El coche fue el sucesor del todopoderoso (y amado) Ferrari F40, y se concibió como la celebración del 50 aniversario de la fundación de Ferrari.

Así fue el Ferrari F50: ¿La última joya de Pininfarina?

Su primera aparición tuvo lugar en el Salón del Automóvil de Ginebra con un prototipo que llegaron a conducir leyendas de la Fórmula 1 para su puesta a punto como Jean Alesi o Niki Lauda. 

Solo se fabricaron 349 unidades entre 1995 y 1997, con un motor F130B V12 a 65º atmosférico de 4,7 litros que generó 520 CV y 471 Nm de par máximo. Un cambio radical de concepción frente al Ferrari F40 y su motor V8 biturbo, lo cual generó en su momento una división de opiniones.

Si bien, tuvo una gran acogida pese a su elevado precio (de más de 400.000 euros), y todas las unidades se reservaron en preventa antes de comenzar su producción. Tal fue el caso de la especulación del F40, que Ferrari impuso la limitación de reservas a una unidad y la obligación por contrato de poseerlo durante al menos dos años, al más puro estilo del Ford GT dos décadas más tarde.

Además, el F50 sirvió de base para el bólido de normativa GT1: el Ferrari F50 GT, que aumentó la potencia de su motor hasta los 750 CV a 10.500 rpm y que se construyó en Maranello con ayuda de Dallara y ATR Racing.

Sus cambios principales, más allá del motor, fueron el alerón estilo GT de doble anclaje central con ednplates, un difusor trasero de fibra de carbono, una toma de aire para la refrigeración en el techo y diversos detalles aerodinámicos adicionales, amén de un interior enfocado en los circuitos.

Sin embargo, la normativa GT1 no se prolongó demasiado en el tiempo (entre 1995 y 1998 y de nuevo entre 2005 y 2011), por lo que Ferrari abandonó pronto el proyecto del F50 de competición para centrarse en su programa de F1.

Actualmente es un clásico que puede encontrarse en precios muy similares a los del Ferrari F40, que oscilan entre los 2 y 3 millones de euros en subastas.