El boom de venta de coches eléctricos en Europa no está teniendo la misma repercusión en España. Nuestro país está a la cola en este segmento y ya se puede decir que los españoles no estamos 'enchufados'. ¿Los motivos? La escasa infraestructura de carga y el déficit de información, el precio de los vehículos, la usabilidad y la autonomía, son algunos de ellos. 

Escasa infraestructura de carga y déficit de información

El problema de que haya escasez de puntos de carga de automóviles eléctricos es el gran hándicap a la hora de adquirir un modelo de este tipo. Los últimos estudios cifran en no menos de nueve mil unidades en todo el país. Además, los puntos de enchufe, en su gran mayoría, suelen ser de baja potencia, con lo que el tiempo de carga es mayor (en torno a 20 horas).

El déficit de información sobre dónde, cómo y de qué manera repostar un coche eléctrico también echa para atrás a los potenciales compradores de estos vehículos, ya que hay que saber cuántos puntos de recarga hay en tu zona de residencia, cuanto tiempo de espera y si es gratuito o no (factor que muchos usuarios desconocen, ya que hay algunos puntos que sí son gratis).

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La mayoría de ciudadanos vivimos en pisos y eso dificulta tener un punto de carga en tu casa. De momento (a lo mejor cambia en el futuro), es más que probable que ni tu comunidad de vecinos ni las instituciones de tu ciudad se hagan cargo del coste de una zona enchufable y habiliten un acceso a este tipo de cargas.

Precio de los vehículos eléctricos

Si eres un ciudadano de estatus económico medio o medio bajo también tendrás complicado hacerte con un automóvil eléctrico compacto, SUV o berlina. Los más económicos suelen ser pequeños y, quizás, para una familia no serían los más cómodos y, sobre todo, prácticos. He aquí varios ejemplos de los más baratos del mercado:

El Invicta Electric D2S, un coche pequeño, es el más económico del mercado. Su precio es de 19.705 euros. Aun así, desde la marca española apuntan que se reduce en 2.211 euros, con un descuento de lanzamiento. A ello se suma un descuento adicional por financiación de otros 2.000 euros adicionales. Y cierra la lista de reducciones, la subvención del Plan Moves III que es de hasta 7.000 euros, si el usuario entrega un coche con más de siete años de antigüedad. Su precio se podría quedar en 8.495 euros. Tiene una potencia de 49 CV, su batería es de  17 kWh y una autonomía de 150 km.

El Dacia Spring eléctrico es un pequeño SUV, que en relación tamaño/precio/autonomía sí podría ser útil al ciudadano medio. Su precio de salida es de 16.548, pero como en el anterior modelo. Si le restamos los 7.000 euros que se obtienen a cambio de entregar un coche viejo para achatarrar, el precio final es de tan sólo 9.548 euros, 11.048 euros de no entregar coche a cambio. Tiene 44 CV, una batería de 27,4 kWh y una autonomía de 230 Km.

Otro vehículo relativamente asequible y también enchufable es el Seat Mii Electric. También es un vehículo pequeño y su precio es de 21.230 euros, que si le restamos el Plan Move 3 y financiándolo se quedaría en 11.000 euros. Su motor eléctrico desarrolla 83 CV, tiene una batería de  36,8 kWh y una autonomía de 260 km.

Usabilidad y autonomía

En caso de adquirir un vehículo totalmente eléctrico, ¿cuánto tiempo usas tu coche al día? ¿El trayecto laboral te da para una batería? ¿Necesitarías un segundo coche por tener el otro recargando? Son preguntas que te pueden venir a la mente si optas por la opción de enchufar tu movilidad diaria y no castigar el medio ambiente.

La opción de comprar un automóvil que tenga una batería con una autonomía larga es proporcional al precio final, que subiría como la espuma. La media de las baterías más económicas oscila entre los 150 y los 300 kilómetros de duración sin recargar. ¿Convendría comprar uno? Para gustos, los colores.