Una drag race entre un Nissan GT-R, Audi RS7 Performance y Mercedes-AMG E63S. Una drag race aparentemente desigual que puedes ver aquí y que probablemente te va a sorprender. A mi me ha sorprendido, y es que el Nissan es uno de los deportivos más bestias, salvajes y brutales en términos de aceleración que he podido probar en mi vida: aquí puedes leer la prueba del Nissan GT-R. Vale que las nuevas berlinas deportivas son auténticas bestias camufladas en carrocerías de lujo, pero, ¿tanto como para poner en apuros a un deportivo de semejante nivel?
Pues eso parece. Nuestros compañeros ingleses se han puesto manos a la obra para salir de dudas. Los elegidos han sido el Mercedes-AMG E63S de 612 CV y el Audi RS7 Performance de 605 CV. Sí, son más potentes que el Nissan GT-R y sus 570 CV, pero el modelo japonés y su tracción integral es uno de esos coches que consigue tracción hasta de debajo de las piedras. Sin duda un matagigantes a precio de derribo que sigue en plena forma pese a su edad.
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Los tres coches están en la línea de meta y en ese momento, empieza la drag race. Es absolutamente sorprendente la salida del Audi. También la del Mercedes. Los sistemas launch control de ambos modelos consiguen el milagro. Consiguen catapultar dos toneladas como si fuesen dos auténticos pesos pluma. Ambos salen mejor que el Nissan GT-R y siguen a gran velocidad hacia la meta. No obstante, el Nissan todavía tiene mucho que decir y el menor peso (tampoco demasiado menos, apenas 150 kg) hace que al final se imponga por la mínima.
No es una sorpresa que el Nissan GT-R gane una drag race. Lo que sí es espectacular es comprobar el nivel de prestaciones que han conseguido las berlinas deportivas, con las que llevar a la familia de paseo pero capaces de destrozar a cualquier otro tipo de vehículo deportivo. Resulta abrumador comprobar como un Mercedes-AMG E63S es capaz de acelerar de cero a cien en 3,27 segundos. ¡Qué barbaridad! ¡No te pierdas el vídeo en el link que te he dejado en el primer párrafo! Lo dicho: revelador.
