Aunque la batalla de Ford vs Ferrari llevaba años fraguándose, fue en 1967 cuando tuvo su momento más tenso. Aquel año, los coches de Ford vs Ferrari fueron protagonistas de unos escuadrones perfectamente formados para marcar la rivalidad y conseguir hacerse con la victoria en la prueba más dura y popular del mundo: las 24 Horas de Le Mans. ¿Pero quién lo lograría finalmente? ¿Ferrari o Ford?

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Si quieres recordar los antecedentes de ese momento, te aconsejo que eches un vistazo a este artículo sobre cómo comenzó la rivalidad entre Ferrari y Ford. Aquí vamos a hablar principalmente de cómo eran los deportivos de Ford y Ferrari en 1967 -el Ford GT40 y el Ferrari 330 P4- y qué es lo que les hacia tan especiales a cada uno.

Ford vs Ferrari: Ford GT40 

El primer Ford GT40 -que recibió ese nombre porque media 40 pulgadas de alto (en torno a un metro)- era un Lola Coupé modificado con la carrocería de un Ford. Montaba, en su origen, el motor Indianapolis de 4.2 litros de 1963, el mismo que el del Lotus 29. Pero fue poco a poco evolucionando para convertirse en la máquina que lograra desbancar a Ferrari.

Antes de su victoria más significativa en 1966, este deportivo de motor central longitudinal sufrió varios cambios de motor -estuvo activo con motor V8 de entre 4,2 y 7 litros y una potencia comprendida entre 306 y 425 CV- estrenando embrague y sistema de repostaje y así, tras varias derrotas y fracasos, se convirtió en el coche que cambiaría la historia de Ford y también la de Ferrari para siempre. 

A sus mandos se pondrían pilotos tan afamados como Ken Miles -que además ayudó en su desarrollo concienzudamente- Chris Amon o Bruce McLaren, aunque la primera de las tres victorias consecutivas que comenzaron en 1967 sería obra de Dan Gurnet y A.J. Foyt. 

Ford vs Ferrari: Ferrari 330 P4

La hegemonía de Ferrari con sus coches de carreras en Le Mans era absoluta a comienzos de los años sesenta. Pero la llegada de Ford y el Ford GT40 pondría en alerta a todo Maranello: tenían que crear un coche que les permitirá competir con el producto americano. Por eso, en 1967 llevarían a la parrilla varios Ferrari 330 P4. 

Tenía un chasis multitubular con refuerzos de aluminio, venía equipado con un potente motor V12 de 4.0 litros e inyección directa que encontraba sus orígenes en el mundo de la Fórmula 1 y con el que conseguía ofrecer 450 CV de potencia, transmitidos al eje trasero a través de un cambio ZF de cinco velocidades, para tan solo 792 kg de peso; y además, era uno de los coches más bellos de la parrilla, con una aerodinámica lograda que le ayudaba a alcanzar los 338 km/h.

No se hicieron con la victoria en la gran carrera, pero el Ferrari 330 P4 de Ludocivo Scarfiotti y Mike Parkes logró quedar segundo y el de Willy Mairesse y Jean Blaton completó el podio con un tercer puesto.  No pienses, eso sí, que aunque no pudo ganar a Ford en Le Mans y perdió la popular batalla Ford vs Ferrari, este coche fue un fracaso.

Ganó en la carrera inaugural de las 24 Horas de Daytona, las 1.000 Millas de Monza… y ese mismo año este Sport Prototipo consiguió hacerse con el Campeonato del Mundo de marcas; por tanto, en general, aunque no pudo cumplir con su principal objetivo, el Ferrari 330 P4 fue un coche hecho para la victoria.