El Koenigsegg CC850 se presenta en España. ¡Así es el homenaje a 20 años de éxitos!
La mala noticia es que ya no puedes comprarlo. La buena es que 3 unidades llegarán a nuestro país.
El Koenigsegg CC850 aterriza en España de la mano del distribuidor Spirit of Speed y he tenido la suerte de poder ver y tocar esta maravilla de la automoción moderna. No todos los días uno puede admirar un coche como los que fabrica Christian von Koenigsegg. Una obra de arte de la ingeniería, la estética y la tecnología aplicada al automóvil.
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El Koenigsegg CC850 es el último ejemplar en llegar a esta ilustre familia de hiperdeportivos suecos y lo hace confirmando una tendencia que hemos visto en otras marcas: una demanda por parte de los clientes más exigentes hacia lo analógico. ¡Vaya, pues igual no estamos tan locos como pensábamos!
El resultado es un Koenigsegg ultra moderno pero también ultra vintage y analógico. Un coche con el que Christian von Koenigsegg celebra el 20 aniversario de su primera creación, el CC8S y del que toma muchas referencias estéticas. ¿Si Lamborghini puede reeditar el Countach, por qué no Koenigsegg hacer lo propio con el CC8S?
Koenigsegg CC850: un homenaje a la altura
Estéticamente es un coche que mantiene todas las claves de aquel modelo original. El parabrisas extremadamente curvo, una línea de cintura estable y continuada, grupos ópticos afilados e incluso unas llantas con 5 grandes huecos que me siguen recordando a las utilizadas por Alfa Romeo.
El caso es que el resultado estético en directo es apabullante. Todo el vehículo está fabricado con materiales ultra modernos como la fibra de carbono, el titanio o el Inconel. Algunas piezas incluso fabricadas con impresoras 3D para conseguir la máxima precisión. El gusto por los detalles es increíble: cada cable tiene una capa que lo recubre detallando su propósito.
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Por supuesto, Koenigsegg ha instalado en este CC850 todas las innovaciones de la marca de los últimos años. Una de las más llamativas es el sistema Autoskin que inauguró el Regera y que permite abrir todas las puertas del vehículo, incluyendo ambos capós, de manera eléctrica a través de sistemas hidráulicos. ¡Es una pasada!
Un interior donde destaca la transmisión
Entrar en el interior del Koenigsegg CC850 es entrar en un universo de lujo, deportividad y tecnología. Pero no me refiero a tecnología de pantallas táctiles, me refiero a técnica pura y dura. Por ejemplo, lo primero que sorprende es la revolucionaria transmisión ESS, que permite elegir entre un cambio manual de seis relaciones o uno automático de nueve marchas.
Y no solo eso, sino que su uso es una de esas cosas placenteras de la vida. Todo el mecanismo parece las tripas de un reloj suizo, es apabullante la carga tecnológica e innovadora que sientes en cada momento. El tacto del embrague y el resto de pedales es sublime y toques donde toques todo es puro lujo.
Y es que una cosa que resulta sorprendente en los tiempos que corren es que la única pieza que no está fabricada en cuero, fibra de carbono o metales nobles en su interior es la pinza del cinturón de seguridad, fabricada en plástico por motivos de homologación. ¡Increíble!
Koenigsegg CC850: prestaciones del futuro
Raúl Salinas
El diseño es del pasado y la tecnología es muy moderna, pero con un toque vintage incuestionable. Ahora bien, donde Koenigsegg mantiene el liderazgo mundial es en prestaciones. Bajo la fina piel de carbono del CC850 se encuentra el motor V8 bi-turbo de 5 litros capaz de desarrollar 1.385 CV si utilizamos biocombustible E85 (1.185 CV si funciona con gasolina convencional, aunque Koenigsegg no lo aconseja).
La cifra es brutal, pero en un mundo donde los eléctricos pueden girar un tornillo y conseguir caballos, tampoco sorprende. Lo que sí sorprende es el peso: 1.385 kg. Es decir, una relación peso potencia de 1 kg por CV. Las prestaciones todavía no están homologadas, pero serán salvajes: 0 a 100 km/h en menos de 3 segundos y una velocidad máxima que volverá a coquetear con la mágica cifra de los 500 km/h.
Un sueño al alcance de muy pocos
Raúl Salinas
Como es habitual en estos coches, todas las unidades del Koenigsegg CC850 estaban ya adjudicadas antes siquiera de su presentación. ¿El precio de poder tener uno de los coches más rápidos, lujosos y tecnológicos del mundo? 35 millones de coronas suecas, algo más de 3 millones de euros, a lo que hay que sumar los impuestos. Un precio que no ha supuesto un problema para que se peguen bofetadas por él.
Y lo que personalmente más me ha gustado es que el coche mantiene el purismo del concepto original. Tanto es así, que Koenigsegg no permitirá que pueda lucir carrocerías en fibra de carbono sin pintar y solo ofrecerá 8 colores para decorar esa esbelta escultura sobre ruedas: sí, los mismos colores que lucía el CC8S original.
¡Un homenaje a la altura de 20 años de innovación y pasión por las altas prestaciones!