El año 2021 ha sido intenso para Bugatti. La marca franco-italiana vendió todas las unidades existentes del Bugatti Chiron, a falta de las que quedan por fabricar en 2022. Y no solo eso, ya que el Grupo Volkswagen ha sufrido una pequeña reestructuración en el ala de los hiperdeportivos, con Bugatti pasando a ser propiedad de Rimac y Porsche.

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Ahora, la llamada compañía Bugatti-Rimac encara un prometedor futuro en el que Mate Rimac, CEO de ambas marcas, afirma que habrá grandes sorpresas.

Un futuro de combustión, con un SUV y un hiperdeportivo eléctrico

Poseer Bugatti no es poca cosa, y llevarla a buen puerto en cada década tampoco. La herencia histórica pesa mucho, así como los récords y la imagen de la marca que tiene la sociedad. Tratar todo esto con el suficiente rigor y respeto es esencial, y Mate Rimac lo sabe.

Después de grande obras de producción como el Bugatti Veyron o el Chiron, y de unidades especiales limitadas como el Bugatti Centodieci o La Voiture Noire, la marca no puede renunciar de forma brusca a su pilar fundamental: el motor de combustión.

Concretamente hablamos del famoso motor W16 de 8,0 litros turbocargado. Una unidad de potencia por la que la marca ha apostado muchísimo y que ha llegado a rendir con el Bugatti Bolide a 1.850 CV de potencia y 1.850 Nm de par máximo.

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Mate Rimac afirmó que el objetivo es lanzar un sucesor del Chiron en 2024 con motor de combustión y con el que todos quedaremos "asombrados". Una soberbia (y genial) afirmación del magnate croata sobre el próximo hiperdeportivo de Bugatti, a lo que añadió la idea de un SUV, un coupé de capó largo (y suponemos que de motor delantero) y finalmente, un futuro hiperdeportivo eléctrico.

Viendo el panorama de los SUV deportivos de grandes marcas como el Ferrari Purosangue, el Aston Martin DBX707 o el Lamborghini Urus, sin duda era de esperar que tarde o temprano, Bugatti se subiese al carro. Le pese a quién le pese.

"No queremos reciclar el Chiron. Estamos desarrollando un nuevo coche desde cero, porque creemos que eso es lo mejor", dijo Rimac en una rueda de prensa junto a Oliver Blume, CEO de Porsche, tras la adquisición de Bugatti.

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Entonces, está claro que el próximo hiperdeportivo de Bugatti creado bajo el amparo de Rimac será de combustión, y seguramente se verá una evolución del motor W16 bajo otro enfoque o con una nueva arquitectura. La meta serán los 500 km/h en un coche legal para la calle, previsiblemente, ya que el récord por el que también puja Koenigsegg aún no se ha batido.

En el interior, el lujo que siempre ha caracterizado a estos coches, pero... ¿Rendido a las pantallas multimedia? Aún es pronto para saberlo, pero los puristas dirían que lo digital sobra en ocasiones. Y puede que en un Bugatti no tenga una especial cabida.

Su nombre, como es común en la marca, hará referencia a alguna personalidad importante de su historia. Y no quedan muchos: Pierre de Vizcaya (que ganó el primer Gran Premio con un coche de la marca en 1921), Williams Grover-Williams (vencedor del primer Gran Premio de Mónaco con un Bugatti) o Jean-Pierre Wimille (ganador de las 24 horas de Le Mans junto a Pierre Veyron).

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Incluso, no sería descartable que el coche llevase por primera vez el nombre de algún gran evento en el que la marca triunfó durante la primera mitad del siglo XX. Un Bugatti Targa Florio sería un acierto, porque suena sencillamente genial, aunque el Divo ya recoge el apellido del piloto que venció en dos ocasiones en ese evento.

Por otro lado, tampoco sería arriesgado decir que tras el éxito de la carrocería del Bugatti Centodieci y del Bugatti Divo, el nuevo bólido de la marca siguiese una estela similar a esos coches, con una parrilla aplanada y con la parte circular tan característica en el medio, faros estilizados y unas líneas bastante limpias fluyendo hacia atrás.

Por el momento habrá que esperar para si quiera atisbar el futuro de una de las compañías más queridas del mundo de la automoción, pero consuela saber que aún quedan cilindros para rato.