Grandes berlinas olvidadas: Volkswagen Phaeton

Grandes berlinas olvidadas: Volkswagen Phaeton

Un buen coche, pero un fracaso comercial

Hasta ahora, en esta serie de grandes berlinas olvidadas hemos hablado de modelos italianos o franceses que trataban de batir a los coches alemanes. Sin embargo, venir de ese país no asegura un éxito comercial y un ejemplo claro es el protagonista de hoy, con el que Volkswagen intentó adentrarse en el segmento premium: el Volkswagen Phaeton.

A finales de los 90 y comienzos de los 2000, las berlinas premium tenían popularidad. Las de marcas como BMW y Mercedes estaban funcionando bien, así que Ferdinand Piëch, entonces presidente del Grupo Volkswagen, quiso entrar en ese segmento. Con este proyecto, la idea era acercar a la firma de Wolfsburgo, principalmente generalista, a un automovilismo más lujoso.

Para ello, utilizaron como base la plataforma D1, sobre la que se asentaban modelos como los Bentley Continental GT y Flying Spur. También se compartían con ellos algunos componentes como el sistema eléctrico, pero la parte mecánica provenía en su mayoría del Audi A8. De esta forma, en 1999 se mostró un prototipo y en el Salón de Ginebra de 2002 se mostró el coche final.

Cuando se desveló su versión de producción, el diseño del Volkswagen Phaeton era mucho más convencional que el del concept que se mostró. Seguía la tradición de la marca, con una apuesta segura en términos de aspecto, pero trataba de ofrecer algunos toques de coche premium. Esto se lograba, por ejemplo, con detalles como los faros de xenón.

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También se intentó mostrar un ambiente más lujoso en el interior, donde se podían encontrar tapicerías de piel y molduras en símil de madera. Como en los Bentley, también había un reloj analógico en el salpicadero y una pantalla en la consola central para funciones como el navegador o la radio añadía una sensación de coche tecnológicamente vanguardista.

Sin embargo, el principal cometido del Volkswagen Phaeton era ser una gran berlina en la que poder realizar recorridos de forma agradable. Por ello, un rasgo identificativo del habitáculo era su amplitud, especialmente en las versiones de carrocería larga. Además, para mayor comodidad, se añadieron llamativos toques premium adicionales, como una nevera entre los asientos traseros.

Con todo, esta debía ser la berlina de representación de Volkswagen. Era un coche importante para la firma y, de hecho, se llegó a construir una fábrica pensada para él. Fue la Gläserne Manufaktur de Dresde, una enorme planta que no parecía una fábrica. Tenía grandes superficies acristaladas, suelo de parqué e incluso un hotel en su interior.

Aquí se fabricaba la berlina alemana mediante un proceso extremadamente minucioso, en el que se debían comprobar cuestiones como que los cristales nunca se empañasen o que el coche no vibrara ni a 300 km/h. Actualmente, en este lugar se fabrican modelos como el e-Golf, así como es un campus de la marca y un lugar de investigación para coches eléctricos.

Sin duda, el objetivo era que el Phaeton ofreciera unas grandes cualidades para los pasajeros y para los conductores en todo momento. Para eso se potenció el aire lujoso del coche, pero también una gama mecánica capaz de ofrecer buenas prestaciones y un comportamiento suave.

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Así, durante sus años de producción, la berlina más grande de la compañía montó varios propulsores diésel y gasolina. En los primeros, se ofrecía un V6 de 3 litros con potencias que pasaron de 225 a 245 CV, así como un V10 de 313 CV. En los segundos, había motores V6 de 3,2 y 3,6 litros con 241 y 280 CV, respectivamente, así como un V8 de 4,2 litros con 335 CV.

Sin embargo, la opción más radical era el W12 de 6 litros. Esta era la opción más grande y prestacional entre los motores del Volkswagen Phaeton, con 420 CV que pasaron a 450 CV unos años después. Con él, el coche podía llegar a 100 km/h en 6,1 segundos, mientras que su velocidad máxima era de 250 km/h.

En todos los casos, los bloques se asociaban a cajas de cambios automáticas de 6 velocidades, aunque el W12 y el V6 de 3,2 litros se acompañaba de una de 5. Este motor era también el único que ofrecía una caja manual, en este caso, de 6 velocidades.

Por qué no triunfó el Volkswagen Phaeton

El año 2016 fue el que marcó la despedida del Phaeton. Desde que se lanzó, en 2002, recibió novedades mecánicas y actualizaciones estéticas que en cierto modo le diferenciaron menos del resto de la gama de la firma. Con todo, tan solo se vendieron 84.235 unidades de este modelo, lo que en absoluto se ajustaba a los objetivos de Piëch.

En un primer momento, la idea era fabricar 20.000 o incluso 50.000 unidades al año, pero la realidad se quedó muy lejos de esa meta. Y no fue así porque se tratara de un mal coche, ya que no lo era en absoluto, pero era un proyecto muy ambicioso.

No hay que olvidar que Volkswagen no tenía realmente experiencia en el segmento premium y eso pudo generar dudas a posibles compradores. Al fin y el cabo, era un coche de más de 80.000 euros en su momento, y tenía que ser así porque su desarrollo requirió de una gran inversión.

De hecho, incluso de esta forma, no fue un coche rentable para la marca. Se dice que Volkswagen perdía unos 28.000 euros con cada unidad fabricada, por lo que no fue posible mantenerlo durante más tiempo en el mercado.

¿Cuánto cuesta hoy este coche?

Dado que es un coche reciente, aquellos que quieran comprar un Volkswagen Phaeton de segunda mano se van a encontrar con bastantes unidades. Por supuesto, las más nuevas son más caras, con precios situados por encima de los 15.000 euros y en torno a los 20.000. No obstante, hay más alternativas.

Como es de esperar, las unidades con más años tienen un precio más bajo. Aquellas más antiguas se pueden encontrar por debajo de los 10.000 euros y algunas están especialmente baratas, pero hay que fijarse en el kilometraje que arrastran en determinados casos.

Opinión: ¿merece la pena comprarlo de segunda mano?

Grandes berlinas olvidadas: Volkswagen Phaeton

Ante esta pregunta, la decisión final siempre depende de quien esté interesado en el coche, pero este caso no parece demasiado arriesgado. Dado que hay opciones entre las que elegir y no es un coche especialmente antiguo, no es difícil dar con una unidad en buen estado.

Por supuesto, no debemos olvidar que este es un coche con aire premium y eso hace que su precio de venta sea superior al de otras berlinas olvidadas de las que hemos hablado, pero no harás una mala compra si encuentras un buen ejemplar. Si encuentras uno con una cantidad razonable de kilómetros y un uso moderado, te puedes hacer con un gran coche.

Evidentemente, deberás tener en cuenta aspectos como el consumo o el precio de determinados repuestos. Sin embargo, fue un gran modelo y no debería darte demasiados quebraderos de cabeza. 

Etiquetas: Berlinas, Motor