¿Quién dijo que no había coches con motores de avión? Aquí te ofrecemos siete ejemplos

coches avión Fiat

Recorremos desde finales de los años 20 hasta finales de los 80

Seguro que alguna vez has oído aquello de: "ese coche iba como un avión". Pues esa expresión se puede volver verosímil porque en la historia ha habido vehículos que han montado bajo su capó un motor de una aeronave. Nos lo han contado nuestros compañeros de Autobild, que destacan siete modelos con este tipo de propulsión.

Desde finales de los años 20 hasta finales de los 80, ha habido marcas atrevidas que quisieron desarrollar coches futuristas con propulsores de aviones, tales como: Opel, General Motors, Fiat, Renault, Rover, Chrysler o Toyota

Opel RAK II (1928)

Opel Rak II

Siempre se necesita una primera versión que evolucione la segunda. Y en eso Opel se adelantó a su tiempo con dos modelos propulsados por motor de avión. El primero de ellos fue el RAK I, que llegó a conseguir 125 km/h. Y más tarde se desarolló el RAK II. Este último alcanzó los 238 km/h gracias a que estaba impulsado por 24 cohetes.

General Motors Firebird (1953)

General Motors Firebird

Había que ser atrevido y GM lo fue. De todos los que te mostramos en este artículo quizá sea el que más se parezca a un avión, en este caso a un reactor. Eso sí, con cuatro ruedas. Tres años más tarde se mejoró, sobre todo su interior, que se hizo más cómodo para sus ocupantes (era más amplio) y que instaló asientos individuales para piloto y copiloto, separados por una cúpula.

Fiat Turbina (1954)

Fiat Turbina

Si se trata de acumular honores, este modelo se puede poner una gran medalla, ya que fue el primer coche europeo que equipó una gran turbina. Gracias a ella, este Fiat erogaba 300 CV de potencia y podía llegar hasta a 22.000 revoluciones por minuto. Todo ello le daba mucha velocidad llegando a coger los 250 km/h. 

Los diseñadores italianos eran conscientes que, o se esmeraban en la aerodinámica o poco podían hacer con la turbina. Y así fue, a pesar de que la marca italiana se vio obligada a dejar colgado el proyecto porque era muy caro para poder financiarlo.

Renault Étoile Filante (1956)

Renault Etoile Filante

El 5 de septiembre de 1956 Renault se propuso batir el récord del mundo de velocidad y lo consiguió. Lo hizo gracias a este Étoile Filante, que voló hasta los 308,85 km/h sobre el lago salado de Boneville. Si sumamos una aerodinámica bien diseñada, un chasis tubular perfecto, un peso liviano por mor de su carrocería de poliéster y sus 207 CV damos con el resultado de la ecuación.

Rover-BRM (1963)

Rover-BRM

Rover fabricó turbinas de avión durante la Segunda Guerra Mundial. Este hecho provocó que la pudiera aplicar a sus vehículos. Su experiencia le dio para fabricar el primer coche con motor de avión que participó en una carrera oficial: lo hizo en las 24 Horas de LeMans durante dos años (1963 y 1964). Fue segundo en la categoría de dos litros en su segunda participación.

Chrysler Turbine (1964)

Chrysler Turbine

Chrysler también cogió rumbo a la terminal de motores de avión para idear un propulsor de ese tipo: lo llamó Turbine y tuvo una fabricación limitada (tan sólo se construyeron 55 ejemplares). Si algo tenía era su funcionalidad, que daba un excelente rendimiento. Su carrocería la diseñó Ghia y bajo el capó rugía una turbina de 190 kg.

Toyota GTV (1987)

Toyota GTV

El más cercano en el tiempo a nuestra época es este Toyota GTV. De todos los que te hemos presentado es el más 'joven'. Aterrizó en 1987 con su motor de avión. Y lo más destacado es que su diseño se varió bien poco ya que era similar al de producción. Llevaba dos turbinas (de 150 CV cada una) y desarrollaba 53.000 rpm.