¿Quieres hacerte con el último Ford Escort RS Cosworth jamás fabricado? Estás de suerte
El último Ford Escort RS Cosworth jamás fabricado ha salido a la venta y se trata de un ejemplar algo peculiar, con detalles que lo hacen casi único.
La lista de coches especiales que aparecen en portales de subastas es extensa, pero no deja de crecer y tampoco deja de sorprendernos. Un ejemplo es el que podéis ver a continuación. ¿Quieres hacerte con el último Ford Escort RS Cosworth jamás fabricado? Ha llegado tu oportunidad.
Esta peculiar unidad ha aparecido recientemente en el portal Collecting Cars. Normalmente, no debería destacar demasiado, aunque hablemos de uno de los mejores deportivos creados por Ford. Sin embargo, basta con fijarse en los detalles para descubrir que este no es un ejemplar más.
De entrada, hay algunos toques estéticos que no cuadran, pero todo tiene su explicación. Allá por enero de 1996 se puso fin a la producción de este modelo, pero en la marca del óvalo vieron que tenían componentes para fabricar dos unidades más. Sería una pena echar a perder esas piezas, ¿verdad? Por ello, no las desaprovecharon.
Con aquellos componentes sobrantes se crearon dos modelos más, pero había algo que faltaba para completarlos: el capó. La cuestión es que se habían agotado los de la versión de 1991, así que optaron por utilizar los del restyling de 1993. De ahí que esta unidad cuente con un frontal diferente.
Además de esto, otro rasgo que diferencia concretamente al último Escort RS Cosworth jamás fabricado es el color. En lugar del tono habitual, se utilizó uno llamado "Auralis Blue", el cual se combinó con un interior de piel en color negro. Más allá de esto, para todo lo demás se siguieron las especificaciones originales, también en la mecánica.
Esto quiere decir que bajo el capó se encuentra lo que todo el mundo espera, un motor Cosworth turbo de cuatro cilindros y dos litros. Por supuesto, entrega algo más de 220 CV y está acompañado de una caja de cambios manual de cinco velocidades, la cual gestiona una fuerza que se envía a ambos ejes.
Dos dueños y menos de 100.000 km
Ahora bien, ¿cuál es la historia del último Ford Escort RS Cosworth? Para empezar, solo ha tenido dos dueños, pero tampoco han sido individuos anónimos. El primero fue Wilhelm Karmann Jr., que era entonces el presidente de Karmann, la empresa que se encargó de ensamblar estos deportivos. Después, el coche pasó a las manos de Dieter Hahne.
Hahne era el gerente del departamento de vehículos especiales de Ford -Special Vehicle Engineering- y ha tenido este coche durante 24 años. Prácticamente ha sido su único conductor y así esta unidad cuenta con 97.882 kilómetros recorridos. No es mucho, pero tampoco ha estado cogiendo polvo en un garaje, como sucede en muchos casos…
En definitiva, durante más o menos tiempo, el actual dueño ha disfrutado al volante de este peculiar deportivo de los 90. Sin embargo, ya con 80 años, ha decidido que es el momento de deshacerse de él. Eso sí, tal y como se puede leer en la página de la subasta, quien compre esta unidad se llevará un ejemplar en buen estado.
Por ejemplo, la carrocería ha sido tratada contra el óxido, no presenta ningún defecto y se repintó en 2013, ya que la pintura sufrió algún desperfecto al eliminarse unos vinilos que se habían colocado. Dentro, solo los asientos muestran un leve desgaste y el reproductor de CD no funciona adecuadamente, pero no tiene mayores problemas.
Más allá de esto, en el anuncio se menciona que el sistema de aire acondicionado tenía una fuga y tuvo que reemplazarse una pieza por una de Renault, al no encontrarse un repuesto original. Asimismo, hay una leve fuga de aceite, pero no es nada preocupante y el resto de la mecánica se encuentra en buenas condiciones.
Con todo, el último Ford Escort RS Cosworth sigue a la venta y la subasta se cerrará dentro de 5 días, así que tendrás que darte prisa si quieres tenerlo en tu garaje. Además, su precio aún no ha alcanzado la cifra de las unidades habituales a la venta, ya que la última puja se sitúa en 26.750 euros. Eso sí, es probable que vaya mucho más allá.
