Todo lo que tiene que ver con la industria del automovilismo y su futuro se trató en el SEMA celebrado en Las Vegas entre los días 2 y 5 de noviembre. 

Tanto los fabricantes de coches como las principales empresas del mercado de accesorios se han congregado en la capital del entretenimiento para mostrar lo mejor que tienen para ofrecer en términos de diseño y tecnología de cara al futuro. 

Ford está mostrando conceptos salvajes. Honda, más de lo mismo y hasta Nissan presenta cosas brutales. También uno de los detalles más curiosos se los lleve este Dodge Challenger con el mejor nombre que hemos visto en mucho tiempo.

Una de las marcas que no está presente ahí es Mazda. Sin embargo, eso no significa que este gigante haya estado inactivo, ya que recientemente se ha descubierto una solicitud de patente ante la Oficina de Patentes y Marcas de los Estados Unidos para un nuevo invento que revolucionará el interior de los vehículos.

Esta solicitud no es otra que la de sustituir los botones analógicos por botones virtuales. Básicamente, lo que esto significa es que Mazda imagina un proyector que puede mostrar una imagen holográfica en una superficie. 

De esta manera cuando un usuario pone su dedo en el "botón" virtual, el proyector utilizará una especie de sensor para detectar un cambio en la forma de la imagen proyectada, y con esto, ejecutar la acción solicitada por el usuario.

En la imagen que se ve a continuación, se puede observar el sensor mencionado anteriormente que podría detectar la dirección en la que se aplica la entrada, mientras que el propio documento de patente afirma que esta superficie podría detectar la fuerza con la que el usuario aplica su dedo a la superficie.

De esta manera, el usuario podría realizar las acciones con mayor rapidez. Por ejemplo, si el sistema de infoentretenimiento está configurado en un volumen bajo, mantener presionado el "botón" hacia arriba mientras lo presiona con más fuerza de lo normal permitiría al sistema reconocer que desea aumentar el volumen considerablemente, y la velocidad a la que cambia de volumen.

Se trata de una idea ingeniosa que podría ahorrar grandes cantidades de dinero en componentes físicos y revolucionar el diseño minimalista.

Pero todavía hay muchos obstáculos que superar hasta llegar a aplicar esta idea, por muy buena que parezca sobre el papel, en la práctica tiene que funcionar y ser útil.