Black Arrow 12: el gran final del Rolls-Royce Wraith V12

Rolls-Royce ha desvelado el Wraith Black Arrow con tratamiento Black Badge para marcar el final de la producción del icónico modelo y está limitado a solo 12 ejemplares

Además, es el último coupé V12 que va a lanzar Rolls antes de que la marca pase a ser el fabricante de coches eléctricos más exclusiva del mundo.

Lanzado en 2013, el Wraith es el hermano prestacional de los Phantom y Ghost. En la edición Black Arrow recibe una carrocería una "pintura degradada", que ha tardado 18 meses en formularse correctamente, y que pasa del color "plata de celebración" al "negro diamante" con un pulido que ha necesitado 12 horas.

También cuenta con un revestimiento del techo específico con 2.117 luces de fibra óptica, todo un récord, y paneles de las puertas con 320 piezas de marquetería para crear un panel de madera texturizado.

Torsten Müller-Ötvös, director general de Rolls-Royce Motor Cars, asegura que el Wraith "es uno de los coches más significativos e influyentes que hemos fabricado en Goodwood. Su extraordinaria potencia, prestaciones y presencia abrieron la marca a un grupo de clientes totalmente nuevo."

Con esto, Müller-Ötvös no se refiere a influencers: los Black Badge se crearon en 2016 como una nueva línea de Wraith para bajar la edad de los clientes. Clientes como Gwen Stefani, que tiene uno cuya personalización le costó unos 300.000 euros.

Un motor impreso en el salpicadero

En el interior, el Wraith Black Arrow es tan lujoso como cabe esperar, aunque aparecen detalles propios.

Por ejemplo, el salpicadero está decorado con una exclusiva obra de arte que representa el motor V12. Y como todo lo que sale de Goodwood, es toda la virguería: el bloque está grabado en una única lámina de aluminio revestido en negro.

También hay un exclusivo reloj analógico lujo y asientos de cuero "Club Leather", mucho más cómodos que el mejor sofá que puedas encontrar en cualquier tienda.

El Black Arrow se inspira en el Thunderbolt de los años 30, que batió el récord de velocidad en tierra utilizando dos motores Merlin de aviación de la marca.

Fabricado en Bonneville Salt Flats, Utah (de ahí la inspiración para la marquetería de las puertas), Rolls-Royce ha incorporado un Thunderbolt Speedform iluminado entre los asientos delanteros a modo de homenaje

No es de extrañar que los 12 ejemplares de este opulento fastback ya se hayan vendido en todo el mundo y cada uno de ellos llevará una placa sobre el motor en la que se leerá "Final Coupé Collection" en negro. Ahora sabemos que es posible estar triste y emocionado al mismo tiempo...

Etiquetas: Superlujo