La prueba más dura del Volkswagen Amarok: un día con los agentes rurales

Prueba Volkswagen Amarok
¿Conseguirá convertirse durante un día en el guardián de los montes del Valle de Arán?

El despertador suena como cualquier otro viernes, pero hoy va a ser un día completamente diferente. Debo confesar que los que van a ser hoy mis jefes no tienen nada que ver con coches nuevos ni con Internet, no tienen ni idea sobre las novedades del Salón de Ginebra 2018 y probablemente jamás hayan oído hablar de Pininfarina o de Nürburgring. Pero son, muy probablemente, los mayores expertos de este país en este tipo de coches: los pick-up.

Opinión: ¿a quién demonios van dirigidos los pick-up?

Son los Agentes Rurales del Valle de Arán, los guardianes de uno de los rincones naturales más bellos de España. Más bellos y más complicados para moverse: nieve en invierno, lluvia el resto del año, caminos de tierra y zonas escarpadas que requieren de vehículos a la altura. Por eso, cuando decidí poner a prueba el Volkswagen Amarok, uno de los pick-up más interesantes del mercado, lo tuve muy claro: para sacar la quintaesencia del coche necesito la ayuda de auténticos expertos en la materia.

Yo lo tenía muy claro, pero estoy convencido que si el Volkswagen Amarok V6 pudiese hablar, no estaría nada conforme con mi decisión. Y es que este vehículo es una especie de híbrido entre SUV y coche de trabajo, o lo que lo mismo: entre un coche pijo y un coche para bajar al barro. Lanzado en el año 2010 y con una gama mecánica completamente renovada, el Volkswagen Amarok quiere atraer tanto a aquellos que necesitan un vehículo capaz fuera del asfalto como los que buscan ese coche de aventuras que el cine americano ha grabado a fuego en nuestras cabezas.

La prueba de fuego del Volkswagen Amarok

Son las nueve de la mañana y antes de empezar mi jornada de trabajo toca desayunar. Aprovecho para compartir impresiones con los agentes sobre este tipo de vehículos: ambos guardan un pick-up en su garaje y parecen más que satisfechos: “son los coches perfectos para esta zona, puedes cargar lo que quieras y generalmente suelen ser robustos para poder atravesar dificultades”. Como ocurre con los SUV, parece que los modelos actuales han perdido parte de esa robustez: “ahora tienen equipamiento que no es necesario y cada vez son peores a la hora de enfrentarse a la nieve o al barro, pesan demasiado”.

Cinco cosas buenas y una mala del Volkswagen Amarok

El Volkswagen Amarok V6 de esta prueba parece un ejemplo perfecto de lo que estamos hablando: un gran motor de 225 CV con un interior equipado hasta las trancas. Los agentes se acercan con esa sensación de saber muy bien lo que tienen delante: “sí, sí, muy bonita, pero no sé yo”. Son escépticos; yo también.

Y es que la primera prueba de este coche no va a ser nada fácil. Una de las tareas de los agentes rurales araneses es la de abrir caminos forestales tras las nevadas que año tras año recibe el único valle español de la cara norte de los Pirineos. Estoy siguiendo a su Ford Ranger (aquí tienes la prueba del Ford Ranger), que cuenta con reductora a diferencia del Amarok: el alemán se conforma con el sistema de tracción integral 4Motion que equipa también, por ejemplo, el Golf. También cuenta con unos neumáticos más adecuados que los míos, así que no voy a discutir la decisión de quedarme detrás y seguir su estela.

Volkswagen Amarok (vadeo)

Nada más entrar en la nieve, el Volkswagen me deja muy claro que no se siente a gusto. Los neumáticos son incapaces de encontrar tracción y el peso del conjunto, de 2.200 kg, no lo pone fácil. Sigo las roderas que me van dejando y utilizo la potencia para pasar los rincones más complicados. Los augurios de los agentes se están cumpliendo y en estas condiciones, el Amarok no sería capaz de subir una pista nevada.

Así pues, y visto lo visto, decidimos realizar otro de los trabajos de los agentes forestales del Valle de Arán: el control de animales. Desde la reintroducción del oso pardo en estos parajes, la vigilancia se ha reforzado. Hoy los agentes controlan desde ciervos y corzos hasta el urogallo, una especie en peligro que habita varios valles pirenaicos así como otras zonas de alta montaña.

Volkswagen Amarok (mirador)

Toca volver al asfalto. En esta prueba del Volkswagen Amarok en carretera es donde el alemán deja atrás al Ranger, y dejaría atrás a prácticamente cualquier rival de la competencia: su V6 de tres litros, con 225 CV y 550 Nm de par, es una maravilla por empuje y siempre lo sientes lleno de fuerza. ¡Este pick-up de lujo es incluso más rápido y capaz que varios de los mejores SUV del mercado!

Llegamos a un alto desde donde se controla todo el Valle de la Artiga de Lin, con el majestuoso Aneto y el glaciar de la Maladeta al fondo. Está empezando a nevar de nuevo y parece que hoy no va a ser el día más propicio para ver animales. Para su localización, primero se utilizan unos prismáticos y una vez ubicados se tira de una especie de catalejo que es capaz de mostrar al detalle largas distancias. Pido permiso para probarlo y la verdad es que impresiona la calidad de la imagen que se obtiene.

Tras un día exigente, tengo la sensación de vivir en un mundo contradictorio: ¿cómo puede ser que un coche de batalla como este sea mil veces mejor dentro del asfalto que fuera? ¿Hasta cuándo los fabricantes van a ignorar esta necesidad? El Amarok necesita una reductora, al menos, para ser la bestia imparable con la que soñamos. Probablemente sea el mejor pick-up del mercado, pero necesita algo más para ser el coche imparable que se requiere en el Valle de Arán.