Prueba del Mercedes-AMG CLE 53: nada de un motor 4 cilindros PHEV

Con la prueba del Mercedes-AMG CLE 53 solo vengo a demostrar una cosa: que la marca se equivocó. Pero al fin y al cabo, los de la estrella también son humanos. Poner un motor de 4 cilindros en el AMG C63 S E Performance no fue una idea brillante, y con el modelo deportivo del CLE Coupé han sido cabales.

Claro que todos preferimos un motor V8, pero seamos sinceros... Europa no lo pone nada fácil. Los preceptos son dos muy claros: potencia, un motor de verdad y sonido. Y el Mercedes-AMG CLE 53 los cumple a la perfección.

Diseño e interior del AMG CLE 53

¿Cambios sustanciales? Los justos y necesarios. Conduje una unidad en color gris mate con múltiples detalles en fibra de carbono acabado brillante: splitter, molduras del parachoques, taloneras, retrovisores, difusor y su pequeño alerón de pestaña sobre la cola de pato.

Por supuesto, la parrilla delantera ha cambiado para permitir una mayor entrada de aire, hay nuevas insignias AMG, una firma lumínica diferente y aletas ensanchadas. Concretamente 58 milímetros más delante y 75 milímetros adicionales detrás, junto a llantas de hasta 20 pulgadas.

El objetivo de Mercedes-AMG nunca fue una agresividad extrema. El En este caso, el AMG CLE presenta un balance perfecto entre deportividad y elegancia, mucho más prominente que la versión estándar y capaz de externalizar sus capacidades sobre el asfalto.

El interior da un buen salto en cuanto a materiales y opciones se refiere. Para empezar, con abundante tela de Alcántara y unos asientos semibaquet realmente cómodos y que ofrecen mucha firmeza en las curvas. Aunque a mí, personalmente, lo que más me ha impactado ha sido su volante deportivo.

No por la botonería háptica, que me sigue pareciendo un terrible error. Si no por sus dos botones satélite inferiores. El de la derecha, para seleccionar los diferentes modos de conducción; y el de la izquierda, para sacar al ingeniero que llevas dentro y alternar entre diferentes parámetros. Firmeza de suspensiones, niveles del control de estabilidad, sonido del escape... Lo que necesites.

En general, los acabados han mejorado en el habitáculo y hay elementos de fibra de carbono y una atmósfera más lujosa. Lo que esperarías de un coupé GT de AMG, como también puedes esperar que las plazas traseras no sean para nada amplias si mides más de 1,70 metros de altura.

Motorización y dinámica del Mercedes-AMG CLE 53 4MATIC+

Nada de motores de 4 cilindros híbridos enchufables que no emocionan a nadie. Aquí tenemos un 6 cilindros en línea turboalimentado de 3,0 litros con 449 CV y 600 Nm de par máximo. Un bloque que se combina con un sistema híbrido de 48 V que suministra 23 CV adicionales y se encarga del turbocompresor.

¿Cómo que se encarga del turbo? Sí, al estilo de la Fórmula 1 y otros coches de la marca, como el nuevo Mercedes-AMG GT. En este caso, el CLE acopla un compresor eléctrico adicional al turbo que lo hace girar en frenadas y reducciones para no sufrir el famoso turbolag. Y aunque no lo elimina por completo, se nota especialmente en curvas.

Y es que la prueba del AMG CLE 53 la realicé en Tenerife. Y en las Islas Canarias hay dos cosas: volcanes y muchas curvas (además de gente maravillosa). Así que pude exprimir a conciencia la tracción integral con vectorización de par y el eje trasero direccional.

¿Os acordáis de que apodé al Mercedes CLE Coupé como un deportivo señorial? Le faltaba chispa, rabia, firmeza. Normal, todo se lo habían guardado para el AMG. Si aquel era un tiburón, este es el Megalodón. Extremadamente rápido, ágil, con una frenada y una recuperación en curvas espectacular.

Las suspensiones de acero con doble válvula (para fases de compresión y rebote) junto al tarado de los muelles, hace ganar mucho poder al chasis del AMG CLE. Te envenena y te lanza a devorar curva tras curva, recta tras recta.

Es uno de esos deportivos que me han hecho parar en algún apartadero a serenarme, pese a que sus frenos con pinzas de 4 pistones y 370 mm delanteros (monopistón y 360 mm detrás) nunca me dijeron "basta" en las faldas de la isla tinerfeña.

¿Vale la pena el AMG CLE 53?

Es un vehículo fantástico. Mercedes-AMG ha hecho lo que debía con este coche, lo que debe hacer un deportivo: emocionar. Y no por la velocidad, sino por sus sensaciones. Algo de lo que carecía el C63 2024 y que se esfuma a las 4.000 rpm con el CLE cuando sueltas el acelerador y el 6 cilindros suelta un petardeo pretencioso por las colas de escape.

Como puntos negativos, hablando del escape... Sus salidas falsas. Son embellecedores. Cuatro concretamente, detrás de los cuales hay dos escapes reales. Error de los buenos y algo que llevamos pidiendo cambiar mucho tiempo a Mercedes. Y como con sus hermanos, la notable ausencia de botonería física real en volante y consola central. Fallos menores.

Es muy bueno... Y cuesta 97.900 euros. Con un 0 a 100 km/h en 4,2 segundos y una velocidad máxima de 270 km/h junto a la caja de cambios automática de 9 velocidades rapidísima. Especificaciones que lo ponen frente a otro escualo, un tiburón blanco: el BMW M2.

El bimmer, sucesor espiritual de lo que antaño fue el BMW M3, se vende con un motor idéntico. Un 6 cilindros turboalimentado de 3,0 litros con 460 CV y 550 Nm de par. Sin asistencia eléctrica, algo menos rápido y menos lujoso... Pero con caja de cambios manual opcional y un precio de 91.250 euros. Ahora te toca decidir a ti.