Ponerse de acuerdo acerca de las mejores películas de coches que existen es literalmente imposible. No creo que haya mucha gente en el mundo a la que le guste este tipo de cine que coincida en su selección si le piden tres ejemplos. Sin embargo, vamos a ver si somos capaces. Eso sí, en algo seguro que coincidimos: nos encanta que haya carreras ilegales, persecuciones al margen de la ley y momentos críticos de mucha acción. Y luego encima nos encariñamos de los personajes. ¿O me vas a decir que no lloraste con la muerte de Paul Walker? En fin, que aquí va nuestro TOP 3.

Fast & Furious: A Todo Gas

Sí, ya sabemos que es recurrente, un poco macarra y llena de estereotipos. Pero es innegable que Fast & Furious: A Todo Gas ha marcado a toda una generación, y lo ha hecho a base de carreras, coches deportivos y tuning. Cierto es que la saga ya no es lo mismo y se centra más en la acción. Solo hay que ver el tráiler de Hobbs and Shaw, el próximo spin off que se estrenará el 1 de agosto. Pero las dos primeras fueron, se mire por donde se mire, una obra de arte. Chabacana o no, pero una obra de arte. Porque no me digas que no te acuerdas de la carrera final entre Toretto y O'Conner: Charger contra Supra. Músculo americano contra finura japonesa. Su influencia en la sociedad ha determinado que es de las mejores. He dicho.

60 segundos

Un Nicolas Cage en la cima de su carrera junto a una joven Angelina Jolie protagonizaron 60 segundos en los albores de este siglo. Una de las mejores películas de coches que han existido jamás, ya decides tú si de las tres, de las cinco o de las diez mejores. Pero creo que es indispensable que esté en esta lista. En la ficción, 'Memphis' (Nicolas Cage) es un ladrón de coches retirado. El mejor ladrón de coches retirado. Pero un buen día vuelve al 'negocio' para salvar a su hermano de sus problemas, algo para lo que se ve obligado a robar un buen puñado de automóviles. No hay ni uno que se le resista. Si todavía no la has visto no sé a qué demonios estás esperando: hay cochazos, mucha acción y una memorable persecución final a lomos de 'Eleanor', el Mustang que protagoniza el largometraje en términos materiales.

Gran Torino

Estrenada en 2008, Gran Torino nos muestra la influencia que puede tener un coche en su propietario... o en la sociedad. Vale, es un poco friki, pero habla en muchas partes de película de los sentimientos hacia un coche. Además, Clint Eastwood, que ejerce de director, productor y protagonista del largometraje, está en su salsa. Un anciano cascarrabias y patriótico que ve como su barrio se va llenando de una inmigración a la que desprecia. Sin embargo, gracias al Ford Gran Torino logra intimar con un joven asiático que vive en la casa de al lado. A veces triste, a veces sorprendente y a veces capaz de soltarte una carcajada tonta. No te digo más. Un 'must' en toda regla.