El Citroën DS de Electrogenic y otros restomod eléctricos
Esa línea entre el sacrilegio y la innovación
Los coches restomod están de moda y en ocasiones nos dejan boquiabiertos por la manera en la que pueden combinar unas mecánicas espectaculares con el estilo inigualable de un clásico. Sin embargo, algunos se enfocan de otra manera y optan por la propulsión eléctrica, aunque en ocasiones generen una gran variedad de reacciones.
Un ejemplo reciente es el Citroën DS de Electrogenic. Teniendo como base un Citroën ‘Tiburón’ de 1972, la empresa británica concibió esta creación a partir de la petición de un cliente, que quería sustituir el motor de cuatro cilindros original. El nuevo propulsor sería un Netgain Hyper 9, con una potencia de 122 CV y un par máximo de 235 Nm.
Más allá de esto, el coche mantuvo su diseño original, así como elementos como su caja de cambios o el sistema de suspensión hidroneumática. Sin embargo, se reinventó y ahora es un clásico con un aspecto inconfundible y una autonomía de 225 kilómetros.
En cualquier caso, esta idea de montar un motor eléctrico en un coche clásico no es nueva y la hemos visto en distintas ocasiones. Hace varios meses, Opel nos sorprendía con el Manta GSe, una resurrección de su mítico deportivo de hace décadas con un tren motriz eléctrico de 147 CV y 255 Nm de par.
Además, una gran peculiaridad era que seguía siendo un coche con cambio manual de cuatro relaciones. Con esto y un aspecto que combinaba modernidad y tradición, este modelo captó la atención de todos. Se concibió como un prototipo único, pero quién sabe si algún día llegará de alguna forma a las carreteras.
Por otro lado, al igual que la marca alemana, Hyundai también quiso traer al siglo XXI uno de sus modelos emblemáticos. Así presentaron el Hyundai Pony Heritage EV, que contaba con una estética muy similar a la del original, pero agregaba detalles futuristas especialmente en el interior. Su mecánica no se detalló, pero la firma coreana aseguró que era 100% eléctrica.
Aun así, al igual que sucede con el Citroën DS que hemos mencionado, en muchas ocasiones estos restomod eléctricos no provienen de grandes marcas, sino de compañías especializadas. De ahí salen creaciones sorprendentes como el Bentley Continental Flying Spur de Lunaz Design.
Por fuera parecía una elegante berlina inglesa de los años 60, toda una representación del lujo de la vieja escuela. Sin embargo, en el lateral encontrábamos una toma de carga para su batería de iones de litio de 80 kWh, la cual alimentaba dos motores eléctricos delanteros de 350 CV. Eso sí, aquí no encontramos ningún detalle futurista, sino una armonía entre el pasado y el presente.
Los deportivos clásicos también se vuelven eléctricos
En cualquier caso, este Bentley era una berlina pensada para viajes relajados y una propulsión así parece tener sentido. Entonces, ¿qué pasa con deportivos clásicos emblemáticos? También tienen cabida en el mundo de los restomod eléctricos. Y si no, que se lo pregunten a los integrantes de Totem Automobili con su Totem GT Electric.
A pesar de contar solo con un 10% del chasis original, la idea era traer de vuelta al Alfa Romeo Giulia GTA 1300 Junior con su característica apariencia, pero con una mecánica moderna. Su carrocería era de fibra de carbono, se montó una nueva suspensión y un motor eléctrico de 525 CV y 940 Nm de par alimentado por un paquete de baterías de 50,4 kWh.
Eso sí, si hay una creación que nos sorprendió fue el Ford Mustang Eleanor eléctrico de Charge. Nació en 1967 como un Mustang ‘de toda la vida’, pero empezó una nueva vida en 2019 cuando esta compañía británica quiso dotarle de elementos como un motor eléctrico de 543 CV y 1.200 Nm de par.
Duele que no monte un motor V8, es cierto. En cualquier caso, no deja de ser un modelo sorprendente, más aún con la estética propia del Eleanor de la película ’60 Segundos’, y su modo Drift incorporado.
Por lo tanto, tenemos creaciones de todo tipo entre los restomod ‘0 emisiones’. Hay opiniones para todos los gustos y hay quienes pueden considerar algunas un sacrilegio, pero no deja de ser una forma más de darle una nueva vida a este tipo de vehículos. En función del coche en cuestión y de su estado original, puede no ser una idea tan terrible si se trata de devolverlos a la carretera.