El Mustang Eleanor eléctrico es ya una realidad. Sí, a alguien se le ha ocurrido la brillante idea de convertir a un Ford Mustang del 67 en un coche eléctrico y aunque no es la primera vez que ocurre esto con un clásico con pedigrí -ya hemos visto correr la misma suerte al Mini, al Jaguar E-Type e incluso al Aston Martin DB6 Volante- siempre es especial. 

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No le hemos incluido en la lista de los coches eléctricos 2020 que debes comprar, pero eso no significa que no debamos dar a conocer su historia y todo lo que se esconde detrás de este coche deportivo que ahora suelta 'más chispas' que nunca antes... 

Para conocer su lugar de nacimiento nos tenemos que trasladar hasta North Acton (en Londres, Inglaterra), un lugar situado a unos diez minutos en coche de la oficina en la que trabajan nuestros compañeros británicos de Top Gear. Eso mismo fue lo que les animó a visitar el garaje donde todo comenzó para el Mustang Eleanor eléctrico. 

Bueno, en realidad, Charge es más que un simple garaje. Sería el equivalente al Silicon Valley californiano (salvando muchas diferencias), principalmente porque aquí el factor humano importa muchísimo y eso se nota nada más poner un pie en el interior... 

"Todos los días comemos a las 12:30. Tenemos un chef que cocina cada día. Nos sentamos juntos, lo cual crea discusiones, es una inversión en la cultura", afirma Vadim Shagaleev, el CEO de Charge, a nuestro compañero Jack Rix. Hay también, por cierto, una zona con una mesa de mezclas de DJ donde a veces hacen sesiones nocturnas, una de las pasiones de Shagaleev. "Cambiamos el humor de la semana, ¿sabes? Nos relajamos", apunta.

El universo detrás del Mustang Eleanor eléctrico

Lo cierto es que esto tiene toda la lógica del mundo cuando pensamos en que quieren vender 499 unidades del Mustang Eleanor eléctrico y a un precio que ronda los 340.000 euros, por lo que la imagen que tienen que transmitir es lo suficientemente atractiva como para provocar interés en clientes, sobre todo en aquellos que estén más puestos en tecnología, y a la hora de captar a gente que quiera trabajar en sus filas. 

Actualmente ya van por 15 trabajadores, la mayoría de ellos robados a McLaren, Jaguar Land Rover y Williams, pero para finales de año esperan contar con 30, que llegarán justo en el momento en el que dejen North Acton y se muden a una fábrica de 40.000 metros cuadrados situada a 30 minutos. Por entonces ya serán 70. 

Respecto al primer cliente, viene de Los Ángeles y recibirá su coche a comienzos del próximo año aunque el plan es lanzar 50 unidades en 2020, todas ellas ya asignadas. 

Así es Shagaleev, el artífice del proyecto

¿Qué podría llevar a un hombre como Shagaleev a crear algo así? “Solía trabajar como director de desarrollo de negocio de vídeos bajo demanda en Rusia. Cuando dejé la compañía, era más grande que iTunes”, explica. “Pero los coches son mi pasión. Crecí en San Petersburgo y mi padre me enseñó a conducir con 12 años en un Lada”. 

“El tenía un Ferrari Dino y quería conducirlo más a menudo, pero nunca era lo suficientemente fiable”, añade Vadim. “Al mismo tiempo que Arrival comenzó a producir componentes para autobuses eléctricos y camiones, así que me llamó y me dijo ‘convirtamos coches clásicos en eléctricos’. Quería que yo me encargara porque no había trabajado nunca en la industria del automóvil y tenía la mente fresca. Así que me mudé con mi familia a Reino Unido en 2016 y aquí estamos”. ¿No te parece una historia alucinante?

Empezaron a trabajar con Aston Martin DB4, Rolls-Royce, Jaguar E-Type… pero se dieron cuenta de que la mayor parte de ellos no eran adecuados para lo que pretendían. “Eleanor, de ’60 segundos’, es el coche de mis sueños”, señala, “así que nos lo gestionamos para encontrar uno a la venta y lo compramos… pero luego descubrimos que era un montón de óxido”.

La solución que dio como resultado el Eleanor eléctrico

Vadim, lejos de quedarse bloqueado, siguió investigando para intentar dar con una solución y encontró a la empresa americana R3 Performance, especializada en producir réplicas de carrocerías nuevas a través de la herramienta original. 

En el garaje vemos el primer prototipo de este Mustang Eleanor eléctrico, formado por el sistema de propulsión de Arrival con cuatro motores eléctricos y una batería de ion-litio y la carrocería de R3. En el interior, destaca su aspecto clásico con dos asientos con el cuadro de instrumentación digital y la pantalla central del salpicadero estilo Tesla. 

Luego hay un coche de segunda fase. Tiene una nueva distribución de baterías -enfocadas más hacia el suelo en lugar de en el hueco que antes ocupaban los asientos traseros- además de una suspensión neumática regulable en altura, un cambio de una sola marcha más silencioso, nuevo software y motores eléctricos más potentes, de 135 CV cada uno. 

Así que podemos decir que las especificaciones finales del Mustang Eleanor eléctrico son un total de 543 CV y 1.200 N, tracción total, un 0 a 100 km/h en menos de cuatro segundos y una batería con capacidad de 64 kWh y un autonomía de 321 km. Dicen además que cuenta con una carga DC de 50 kW.

En la pista de pruebas, el equipo advierte a nuestros compañero de que este prototipo está a un “mundo de distancia del coche en fase dos” y que solo produce “la mitad de su potencia”. Sin embargo, Rix asegura que se siente pesado, grande y tosco, al igual que el ‘muscle car’ al que rinde homenaje. Es potente, pero no se siente como un Tesla o un Taycan. Tiene, eso sí, un ‘modo Drift’. ¿Y por qué no? 

Hay muchas cosas aún que tienen que ser afinadas, como la falta de amortiguación de sonido, pero estos problemas se erradicarán cuando el coche esté terminado. La dirección también va a necesitar un poco de trabajo, pues es pesada y solo tiene una vuelta y media de tope a tope… 

Todo apunta a que le hace falta refinamiento, sí, pero en el fondo su papel del Mustang Eleanor es interesante: mantener vivo el espíritu del Ford Mustang, su carácter y gran corazón… Incluso me atrevo a decir que te lo podrías pasar bien con él en un domingo soleado. Siempre y cuando te acuerdes de enchufarlo, claro. 

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