El Renault 5 eléctrico es un modelo que llegará a las carreteras muy pronto, pero lo cierto es que este concepto no es absolutamente nuevo. Ya existió un R5 eléctrico en los años 70 que creó la propia marca con una producción limitada, pero también hubo otro menos conocido que se pudo encontrar en Estados Unidos durante apenas un par de años: el Lectric Leopard.

En los años 70 y 80, muchas marcas europeas llevaron algunos de sus coches a los Estados Unidos, en un momento en el que el mercado demandaba modelos más económicos y eficientes. Renault fue una de esas firmas y por ello allí se pudieron ver modelos como el Renault 9, llamado Alliance; y el 11, llamado Encore. También se vendió el Renault 5, bautizado como LeCar.

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El exitoso utilitario francés también probó suerte en tierras americanas y, aunque no obtuvo ni de lejos la acogida que sí tuvo aquí, es uno de los coches de la marca del rombo que mejor funcionaron en este país. Eso sí, esta vez no hablaremos de él en general, sino de cómo se vendió como coche eléctrico en el país norteamericano.

Todo tenía que ver con la empresa U.S. Electricar del estado de Massachusetts. Se trataba de una compañía especializada en la conversión de coches de combustión a eléctricos, especialmente de modelos de importación. Así lo hizo con el Fiat Strada y, por supuesto, con el Renault LeCar. Estas creaciones fueron bautizadas como Lectric Leopard y eran bastante peculiares.

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Renault 5 Lectric Leopard (4 imágenes)

En el caso del Renault 5 eléctrico americano, se tomaba como base esta variante LeCar enfocada al mercado estadounidense, que se caracterizaba por detalles como unos paragolpes más prominentes y unos faros circulares por la legislación del momento. Todo esto se mantenía, pero el motor de combustión se eliminaba para colocar un eléctrico de unos 25 CV de potencia.

Por otro lado, esto se acompañaba de unas baterías, pero no se trataba de las de iones de litio que se pueden encontrar en los eléctricos actuales. En su lugar, se repartían un total de 16 baterías de plomo y ácido de 6 voltios entre la parte delantera y el maletero, por razones de espacio y de distribución de pesos. Esto prácticamente eliminaba el espacio de carga, eso sí.

Con esto y con un peso de unos 1.171 kg, este Renault 5 eléctrico ofrecía una autonomía de unos 80-95 kilómetros, así como de alcanzar unos 95 km/h. No, ninguna de estas es una cifra espectacular, pero la tecnología de vehículos eléctricos a finales de los 70 y principios de los 80 no era la de hoy en día. Además, este no era un utilitario concebido originalmente como eléctrico.

Así, el Lectric Leopard suponía una de las pocas opciones disponibles en el momento para quien quisiera un coche que no funcionara con gasolina. Una buena forma de ahorrar en repostajes, aunque las cargas tampoco eran sencillas: con un enchufe de 15 amperios, las recargas podían durar entre 6 y 12 horas. Todo dependía de la velocidad de carga que seleccionaras, entre las tres disponibles.

Mantenía el cambio manual

Sea como fuere, este LeCar eléctrico era un coche interesante que incluso contaba con detalles llamativos, como su cambio de marchas de cuatro velocidades. Por supuesto, provenía del coche original, pero en la conversión se mantenía y la palanca hacía de selector de marcha. No solo servía para ir hacia adelante o hacia atrás, de hecho, sino que funcionaba casi como un cambio normal.

En cierto modo, cada marcha servía para regular la entrega de la potencia: la primera era para terrenos complicados y arranques en cuesta, la segunda era para terrenos nivelados e incorporaciones, la tercera se enfocaba a la conducción en autopista y la cuarta era para máxima velocidad en carreteras niveladas.

Con esta configuración, en su momento se presentó este modelo como una opción sostenible, económica y divertida de conducir, pero el Lectric Leopard no fue un bombazo y con el tiempo ha sido casi olvidado. Eso sí, por suerte quedan algunas unidades que han sido conservadas y restauradas. Al fin y al cabo, es todo un pionero de la movilidad eléctrica moderna.