Prueba del Chevrolet Corvette Stingray: la revolución del deportivo

Este es el ansiado superdeportivo de la marca estadounidense con motor central. La prueba del Chevrolet Corvette Stingray nos ha permitido conducir a una bestia que no tiene nada que ver con su predecesor y que supone toda una revolución en la saga.

¿Entonces es un coche deportivo con ansias de súper? Bueno, esa es la idea principal, sin duda. Y es lo que consigue gracias en gran medida a su motor V8 de 6,2 litros. Una unidad de potencia que comparte con el Corvette C8.R de carreras.

Diseño e interior del Corvette Stingray

Chevrolet Corvette Stingray

A nivel de diseño, este Chevrolet recoge el legado de los coches clásicos con su nombre y los catapulta al futuro. En la parte frontal nos encontramos un parachoques afilado con dos buenas entradas de aire laterales para sus respectivos radiadores y una calandra central baja.

La forma general del Chevrolet Corvette Stingray cuenta con aristas bien marcadas que se distribuyen hacia atrás y acaban brevemenete en las tomas de aire laterales. Por otro lado, la parte trasera recuerda muchísimo a coches como el Corvette C4.

El esquema sigue siendo el mismo: un parachoques muy vertical, cuatro ópticas separadas con cuatro salidas de escape en la parte baja, un buen difusor y dos rejillas laterales que permiten la evacuación de aire caliente proveniente del motor.

¿Necesitas la versión descapotable? Pues no a efectos prácticos, ya que los paneles del techo el coupé pueden extraerse, aunque lo suyo es que los dejes guardados en casa. El interior, además, sí que ha dado un paso agigantado en calidad y materiales.

Nos encontramos una interfaz curva con cuadro de instrumentos digital y pantalla multimedia, una gran consola central lleva de botones físicos colocados en hilera y que divide el coche en dos partes juntoa a asientos estilo baquet y componentes de aluminio, cuero e incluso fibra de carbono. Tecnología y confort por doquier.

Motor y rendimiento del Corvette Stingray

Chevrolet Corvette Stingray

Durante la prueba del Corvette Stingray pudimos apretar las tuercas al motor más potente de la historia de la saga: el V8 LT2 atmosférico de 6,2 litros con 501 CV y 637 Nm de par máximo. Además, está unido a una caja de cambios automática de doble embrague y 8 velocidades.

Puede acelerar de 0 a 100 km/h en 3,4 segundos según nuestras mediciones y alcanzar una velocidad máxima de 312 km/h. Un bólido con un rendimiento sensacional que también ofrece comodidad en ciudad, gracias a sistemas (opcionales en este caso) como la suspensión activa.

Desde la dirección hasta los frenos son ligeros. Pero no ligeros estilo Ferrari, sino respecto a las anteriores versiones del Vette. Agresivo a la vista y relajado con los modos de conducción básicos, hasta que activas la bestia. El ruido del motor en el interior podía ser más fuerte, pero sigue sin dejar indiferente a nadie. Gentileza de su nuevo cigüeñal plano.

Chevrolet Corvette Stingray

La conducción es sensacional. Se nota un cambio radical frente al Corvette C7 o incluso el Z06. Coches que van bien a ratos y al siguiente, quieren lanzarte a la cuneta. Con este nuevo Chevrolet Corvette, eso ha cambiado radicalmente.

Se trata del coche americano que por fin puede llevar la cabeza alta frente a bestias europeas como el Lamborghini Huracán o el Porsche 911 GT3. Con más tecnología, un diseño más puntero, más rápido y más fácil de conducir. Aunque toma esto último entre comillas. Permite saber cuándo te equivocas en vez de ocultar tus errores, y pocos deportivos hoy en día hacen eso.

¿Se podrá comprar en Europa?

Chevrolet Corvette Stingray

Buena pregunta. Siempre se ven unidades del Chevrolet Corvette en Europa. Llegar, llegan, aunque a cuentagotas y por un precio que supera los 100.000 euros sin problema. Algo que choca con esos geniales 65.000 dólares de precio en Estados Unidos.

El principal problema es que a fin de cuentas, comprar un Corvette en Europa sale por lo mismo que llevarse al garaje un Porsche 911 y el mantenimiento y presencia de servicio técnico es incomparable. Pero como siempre, hay gente enamorada simplemente de un modelo. Si es tu caso y tienes el dinero, no te lo pienses.