Coche feo de la semana: Chrysler Sebring

"Apela a los compradores que aprecian el estilo". ¿Cuál?

Seguro que recuerdas el Chrysler Sebring, elegido hoy protagonista de nuestra sección ‘coche feo de la semana’. Como os decimos siempre, habrá quien defienda justo lo contrario (te estamos mirando a ti. Tuviste uno, ¿verdad? No lo niegues): para gustos están los colores. Pero no cuentas con argumentos para rebatir que es… bien, quizá no exactamente feo. Soso. Sí, eso es. Muy soso.

Según sus creadores, buscaban su inspiración en un “vehículo común” y lo construyeron “empleando la fórmula ganadora del Chrysler 300 y del Dodge Caliber” (ajá, eso explica muchas cosas). Lo que significa que incluía “un interior artesanal, altos niveles de seguridad y fiabilidad, unas grandes prestaciones y una eficiencia excelente”, además de “un diseño asombroso”. Entiéndelo, todos los padres piensan que su hijo es el más guapo.

Chrysler hablaba de líneas elegantes y sofisticadas y, si bien no son las del Sebring Vanguard, con el que comparte nombre, lo cierto es que… no dicen absolutamente nada. Son anodinas, impersonales. Pretendían recordar las del concept Airflite y se suponía que traían las claves de identidad de la marca al segmento de los sedán medianos, pero eran completamente inexpresivas. No se salvaba ni el Chrysler Sebring descapotable, que también tienes en la galería sobre estas líneas. Trevor Creek, vicepresidente de Diseño de la compañía, hablaba de una pasión que, honestamente, es complicado apreciar. Los trazos tensos sobre el capó aportaban cierta personalidad, sí, pero… Echa un vistazo a la cintura, a la caída del techo, a la zaga. Si estás bostezando, lo entendemos.

El coche feo de la semana: Citroën C3 Pluriel.

En el interior, un esquema bitono quería animar el conjunto, pero tampoco llegaba a conseguirlo. Cierto, estaba en un segmento con mucha competencia y en el que arriesgar en la imagen se pagaba caro si las cosas salían mal. Pero pecar justo de lo contrario tampoco era muy buena idea. Salta a la vista.

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