Fue el gran incomprendido, motivo de chanza y críticas negativas por su estética poco convencional. El 'patito feo' se llamaba Fiat Multipla y fue un monovolumen compacto que llegó a España a finales de los años 90. Aquí solo se ofreció hasta el 2010, pero fuera de nuestro continente llegó a ofrecerse como eléctrico.

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Todo comenzó con el propio Multipla. La idea de Fiat con este automóvil era sacarle partido en el segmento de los monovolúmenes compactos, que a finales de los años 90 estaba en sus albores y prometía ser un escenario provechoso para las marcas.

El coche tenía puntos positivos como su practicidad, su versatilidad y su facilidad de conducción. Sin embargo su imagen, completamente asimétrica, le confirió una mala fama. 

Años más tarde, recibió un lavado de cara para adaptarse mejor a las condiciones del mercado, ya que el restyling fue más convencional. Aun así, la etiqueta de 'patito feo' ya era muy difícil de borrar. Sin embargo, antes de que se dejara de fabricar en Europa en 2010, el fabricante chino Zotye Automotive llegó a un acuerdo con la firma italiana y desarrolló una versión eléctrica fabricada en su país denominada M300 Langyue. 

Zotye y sus imitaciones

Conviene mencionar que este fabricante ya era conocido por realizar copias del Porsche Macan y de algunos Range Rover. Sin embargo, el Multipla eléctrico no fue un calco como tal, sino el fruto de un acuerdo entre ambos fabricantes chino e italiano, del que salió un modelo retocado del original. 

A partir de 2010, la marca asiática Zotye compró la línea de producción de Fiat y empezó a ensamblar el vehículo en China, utilizando piezas fabricadas en su país, lo que permitió abaratar los costes. En la oferta del fabricante asiático se situaría el Multipla eléctrico, que tenía un precio de 69.800 yuanes, equivalentes a 9.670 euros. 

En el modelo de combustión, el corazón de este modelo italiano era un motor de gasolina atmosférico de 1.6 litros con 103 CV y 145 Nm de par, combinado con un cambio manual de cinco velocidades. Sin embargo, en la versión eléctrica china, el motor se cambiaba por uno de 82 CV y 250 Nm de par. 

La versión de Zotye llevaba este propulsor situado en el eje delantero. Se apoyaba en un paquete de baterías de 80 V/60 Ah con una capacidad de 35,2 kWh que le proporcionaba una autonomía de entre 160 y 200 kilómetros, según el ciclo NEDC. Además, un dato destacable, a la par que curioso, era que sus baterías podían ser intercambiables.

¿Por qué era esto así? Cada paquete tenía cuatro módulos de baterías debajo de los asientos traseros, con un peso de 65 kilos. Esto hizo que, por ejemplo, la rama del taxi agradeciera este detalle. Esto era de gran utilidad e hizo que a la vez se ampliara su espectro práctico. Así, se contrarrestó parte de la opinión formada por su denostada estética.  

En 2013 finalizó la producción de este M300 Langyue, ya que no tuvo éxito finalmente entre la población china, por lo que tanto la versión de gasolina como la eléctrica cortaron su fabricación con 25.036 unidades comercializadas. La crisis del segmento de monovolumen en detrimento de los SUV que llegarían posteriormente fue otro de los factores que hundió el proyecto del 'patito feo' de Zotye.