Los coches de Mini se han ganado una cierta popularidad durante décadas como una buena opción para su uso diario en la ciudad. Sin embargo, ese carácter civilizado tan suyo cambia por completo con las variantes más radicales, las cuales están caracterizadas por un apellido concreto: John Cooper Works.

Este nombre se refiere al diseñador John Cooper, que hace 60 años trabajó sobre el Mini clásico para exprimir su rendimiento en competición. Gracias a ello, aquel pequeño coche logró tres victorias en el Rally de Montecarlo, pasando por encima de modelos mucho más potentes. De aquella manera, solo pudo convertirse en toda una leyenda de la década de 1960.

Es un nombre con historia y por ello Mini, especialmente en su última etapa que ya comenzó hace 20 años, decidió servirse de él para referirse a sus coches más deportivos. Bajo esta denominación, la firma ha creado toda una gama deportiva que ahora se ha actualizado. 

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Los integrantes más reconocibles de esta línea son los basados en el Mini Cooper, que cuentan con esta configuración para la carrocería de tres puertas y la descapotable. Este año, ambos coches han recibido cambios en el exterior con nuevos paragolpes, una parrilla hexagonal con una presencia mayor y un nuevo difusor que enmarca las dos salidas del sistema de escape.

Pero no todo es estética. Tanto la variante normal como la cabrio montan un motor de cuatro cilindros y 2 litros que desarrolla 231 CV. Un bloque que se combina con un cambio manual de 6 velocidades o un automático de 8, permitiendo el paso de 0 a 100 km/h en 6,3 segundos en la primera variante, y en 6,6 en el descapotable. La velocidad punta es de 246 km/h y 242 km/h, respectivamente.

Eso sí, la deportividad no debe estar reñida con la funcionalidad, y por ello existe el Mini John Cooper Works Clubman. Caracterizado por su mayor espacio interior y su estilo práctico para el día a día, no recibe demasiadas novedades pero bajo el capó monta ahora un bloque de cuatro cilindros y 2 litros que ofrece 306 CV. Es el motor más potente de la gama y queda asociado a un cambio Steptronic Sport de 8 relaciones y a la tracción total ALL4, que le permite aprovechar al máximo la potencia. Eso sí, para los que busquen un coche aún más grande y versátil, el John Cooper Works Countryman es la mejor opción, con un espacio superior pero la misma mecánica que el Clubman. 

Nuevos niveles de equipamiento

En lo que se refiere a los propulsores, los modelos JCW se han actualizado, pero también ha habido cambios a nivel de equipamiento. Por ejemplo, ahora es posible montar una suspensión adaptativa de manera opcional en el Clubman y en el Countryman, y toda la gama cuenta ahora con nuevos paquetes de equipamiento y acabados. 

De entrada, encontramos el acabado John Cooper Works como alternativa al equipamiento de serie, caracterizado por nuevos acabados de pintura, llantas de aleación ligera -de 18 pulgadas para los modelos pequeños y de 19 pulgadas para los compactos superiores-, superficies exteriores e interiores en Negro Piano de alto brillo y tapicería Dinamica/de cuero en Negro Carbono. En el habitáculo encontraremos un volante de cuero Nappa, asientos deportivos, pedales de acero inoxidable y el revestimiento del techo en color antracita, por ejemplo.

Por otro lado, también podremos optar a los paquetes de confort, conectividad y asistencia al conductor. En este caso, la gran novedad es el sistema de aviso de cambio de carril incluido en el Driving Assistant. Además, el Control de Crucero Activo ahora también incluye la función Stop & Go para el John Cooper Works y el John Cooper Works Convertible. 

De esta manera, Mini actualiza toda su gama de modelos deportivos, de manera que sigan al día en materia de tecnología, pero sin dejar de lado ese ADN deportivo que los caracteriza.