TopGear.es ha asistido a la presentación mundial del Mini Cooper SE como quien queda con una antigua novia del instituto. Por un lado, sabes bien qué es lo que te vas a encontrar, pero por otro estás ansioso de ver qué pueda haber cambiado, quizá, a mejor. Y, como en esos casos, todo ha sido para encontrar algo ligeramente distinto, pero que ofrece exactamente la misma sensación. 

El Cooper SE se distingue del resto de la gama por llevar una parrilla cerrada en la calandra, adornada por unos bonitos gráficos de color amarillo, y por llevar el logo de la serie eléctrica de la marca británica sobre el puerto de carga del vehículo -por encima de la rueda trasera izquierda-. 

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Además de eso y de unas bonitas llantas de diseño espacial y similares a las del primer Citroën C4 Cactus, poco más distingue a uno de los Cooper más esperados de la historia y es que Mini ya lanzó una pequeña serie de coches eléctricos -500 unidades- allá por 2008 y desde entonces, nada hasta ahora. Con entre 230 y 270 km de autonomía homologados en ciclo WLTP -más no iba a poder ser en un coche pequeño-, el hábitat del Mini eléctrico, claramente, será la ciudad. 

Allí, desde enero de 2020, tendrá que vérselas con el Opel Corsa E o el Peugeot 208 eléctrico, modelos similares con autonomías similares que se ofrecerán a precios netamente inferiores, ya que rondarán los 30.000 euros y el Mini Cooper más barato ya está en los 24.000 euros. Por lo menos este, lo fabricarán en Oxford, donde la producción arrancará en noviembre, aunque la marca admite pedidos desde comienzos de agosto. 

Por lo menos, Mini sí ofrecerá un pequeño deportivo urbano y eléctrico, ya que con 184 CV y 270 Nm, el Mini SE acelera de 0 a 100 km/h en 7,3 segundos y llega a los 60 km/h en solo 3,9. Además, la batería va alojada en el suelo del vehículo, lo que baja el centro de gravedad del modelo en nada menos que 30 mm. Y eso a pesar de que Mini ha elevado la carrocería en 18 mm para colocar el acumulador sin interferir en el habitáculo ni reducir el espacio de maletero. 

Mini Cooper SE: 30 mm más bajo que el Mini Cooper de combustión

El hueco de carga se queda en los mismos 211 litros de siempre, todo un logro porque aquel Mini E de hace 11 años no dejaba espacio para nada. Además, este consigue ampliar el maletero hasta los 731 al abatir los asientos dejando un espacio completamente plano. La batería del Cooper SE tiene 32,6 kWh y la componen 12 células de iones de litio configuradas en forma de T. 

Mini ha incluido de serie dos conectores para carga alterna y continua, el Tipo 2 y el CCS Combo. El puerto de carga se localiza fácil gracias a ese amplio logo justo donde suele estar la tapa del depósito de gasolina en otros modelos. El Cooper eléctrico se carga hasta al 80% en solo dos horas y media y puede recargar el 100% de la batería en 3,5 horas. 

Si lo enchufas a un supercargador -hasta 50 kW-, el 80% de la batería se llena en solo 35 minutos. Mini además ofrecerá la instalación de un wallbox doméstico para facilitar la operatividad del vehículo.

El interior del Mini Cooper SE

El interior del Mini Cooper SE se climatiza por medio de una bomba que recupera el calor sobrante de motor, transmisión, batería y exterior y que es un 75% más eficiente que un sistema convencional. Gracias a esta medida, entre otras, el consumo eléctrico del Mini se ha homologado en 15,0-13,2 kWh/100 km.

La pantalla del salpicadero del Mini Cooper SE, de 6,5 pulgadas de serie y con una de 8,8” como opcional, ofrece numerosas funciones adaptadas a mejorar la experiencia de uso de un coche eléctrico como mostrar información sobre su autonomía o el consumo de energía y también da algunos consejos sobre cómo mejorar el estilo de conducción. También navegador muestra la autonomía y alcance restantes, además de recomendar rutas más ecológicas.  

En el cuadro de mandos del Mini eléctrico hay una pantalla de 5,5 pulgadas totalmente digital y a color, que  cambia de color según el modo de conducción: Sport (rojo), MID (blanco), Green o Green + (verde). Sobre este dashboard también se muestran las instrucciones del navegador, las señales de tráfico, el estado de carga o el funcionamiento de los sistemas de asistencia a la conducción.

En esta pantalla también se puede comprobar cuál es el estado de carga mediante la autonomía restante o el porcentaje de batería cuando el coche está enchufado. El resto del interior de este coche es como el de cualquier otro Mini Cooper a excepción de la palanca de cambios, que en este modelo tiene un diseño peculiar, aunque el acabado interior se distingue por llevar todas las costuras en amarillo, un color que también es el que destaca en la carrocería para distinguir al Mini eléctrico, sobre todo, por tener una parrilla cerrada en la calandra. 

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Como novedad en todo el grupo BMW, la recuperación de la frenada del Mini se puede configurar mediante un conmutador situado a la izquierda del botón Start/Stop según dos niveles, aunque el vehículo arranca siempre en el máximo por defecto. En estos casos, el conductor notará una considerable desaceleración en cuanto levante el pie del acelerador. Mini también ha creado una firma de diseño específica para su coche eléctrico, que se mantendrá activa cuando el vehículo circule a baja velocidad.

Oliver Heilmer, Vicepresidente de diseño de Mini, comentaba durante la presentación del Mini Cooper SE: “Nuestro objetivo de diseño era desarrollar un icono de la movilidad y proyectarlo hacia el futuro. Sin cambiar lo que es, pero modificando algunos componentes. Estoy muy contento de que hayamos podido preservar las proporciones clásicas. Como no teníamos que refrigerar un motor, decidimos cerrar la parrilla y tiene una luz testigo de color amarillo para cuando se está cargando. Las llantas intentan parecer unas zapatillas de deporte de moda y no son simétricas, aunque hemos trabajado mucho para que mejoren la aerodinámica”.