Procura llevar siempre cerrado el espejo del parasol del coche

parasol del coche

Gustavo López Sirvent

Este elemento de nuestro coche, que suele ir escondido en su reverso, debe ir cerrado para que, en caso de colisión con otro coche o de accidente, no salten los cristales hacia la cara del conductor. Por tu seguridad, la de tus ocupantes y el resto de coches que circulan, conviene utilizarlo antes de emprender la marcha y cerrarlo tras su uso.

Hay elementos en el interior de los coches que nos pueden ayudar a hacer la conducción más segura y cómoda. Uno de ellos es el parasol, del que ya hemos hablado alguna vez en esta, tu revista. Este componente que se sitúa en la parte alta de la luna delantera suele montar un espejo que conviene llevar cerrado para evitar consecuencias en caso de un accidente

Esta pieza, que evita los deslumbramientos producidos por el sol, sobre todo cuando amanece y cuando cae el sol por la tarde, nos va a dar seguridad para no deslumbrarnos cuando estamos en plena conducción, aparte de que al resto de ocupantes también les evitará tener que ponerse la mano a modo de parabrisas o bien fruncir el ceño para no quedarse cegados por el sol. 

Ahora bien, muchos parasoles montan en su parte interna un espejo que puede tener diferentes usos: ya sea para ver con qué cara amaneciste, ya sea para maquillarse, para peinarse o para ver esa incómoda espinilla que te salió en la nariz. Pero es que tras ese uso convendría tener cerrado el espejo, simplemente por seguridad.

Dependiendo del modelo, ese espejo puede estar en ambos parasoles, en el del conductor y en el del copiloto. Hay otros (la mayoría) que sólo lo tienen en el del acompañante y otros que ni siquiera lo llevan. Para usarlo hay que levantar una tapa y en otros correrla a la derecha o izquierda.

A lo que íbamos, que nos despistamos. Sin excepción, cada vez que cojas el coche para realizar un trayecto, debes conducir con el espejo cerrado, por algo tan básico como fundamental: en caso de accidente, como una colisión con otro coche, los cristales del pequeño espejo pueden saltar directamente hacia tu cara y provocar daños mayores.

La propia lógica nos dice que la forma más segura de utilizar el espejo del parasol del coche es que le des el uso que quieras justo antes de iniciar la marcha. Una vez te acomodes en tu butaca, tengas el cinturón de seguridad abrochado y todo en orden, puedes verte en el espejo. Después, lo cierras, recoges el parasol (si no hace falta utilizarlo) y ya sí puedes encender el motor y ponerte en marcha.

De esta manera, evitarás despistarte mientras conduces y no tendrás que lamentar males mayores ni en tu vehículo ni en los que ya están en circulación.  

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