Obi Okeke. Mr. Bugatti, el hombre capaz de vender 93 coches de una tacada

Vicente Cano

Hay pocos broker de coches exclusivos, pero Obi Okeke, Mr. Bugatti, ha conseguido notoriedad por los encargos que afronta. Ha llegado a vender 93 coches de una vez.

Todo comenzó cuando la madre de Obi Okeke le envió a Suiza a estudiar para que no tuviera que volver a una Nigeria devastada por la guerra tras un breve periodo de exilio en los EEUU. Allí desarrolló su habilidad para las relaciones personales y su devoción por los coches exclusivos y, cuando se marchó a Boston a estudiar en la Universidad, empezó a comprar y vender coches. Un día sacó por un BMW 323i Alpina cuatro veces lo que había pagado y se dio cuenta de que había encontrado la profesión de su vida.

Al poco ya había creado un pequeña empresa que, a mediados de los 80, se centraba en marcas por entonces más exclusivas en norteamérica, como BMW, Lexus o Mercedes. Tras un tiempo, le llegó una oferta de un concesionario Ferrari en California, que aceptó y donde llegó a director comercial. En 2008, un tal Floyd Mayweather entró por la puerta y, en un periquete, Obi le había vendido dos 599, uno rojo y otro negro. El boxeador debió quedar tan contento con el trato que en poco tiempo empezó a llamar a Okeke con más encargos.

Así, junto a un socio, montó una empresa de autos de lujo que, al cabo de un año, le vendió para “poder centrarme en el trato personal y no estar atado a un lugar físico, esperando que los clientes entren. La forma de hacer negocios estaba cambiando y yo con ella. Ahora cierro transacciones desde un avión o en mitad del desierto entre Los Ángeles y Las Vegas, ya que tengo Wifi en mi SUV”, admite Okeke. Para entonces, tras una pila de Bugatti conseguidos para el campeón del mundo de boxeo, éste ya le llamaba 'Mr. Bugatti' y, tras colgar un foto junto a él y sus adquisiciones en redes sociales y la repercusión que alcanzó, Obi no lo dudó y decidió subirse a la cresta de esta nueva ola y usar este apodo como nuevo nombre artístico.

Obi Okeke. Mr Bugatti (5)

Desde entonces, ha lanzado la app Liquid Torque y ha trabajado con otros famosos como Arnold Schwarzenegger, Jessica Simpson, Chris Tucker o P-Diddy, pero su mejor cliente sigue siendo Mayweather. “En los últimos años, le habré vendido unos 45 coches, entre los que hay varios Bugatti Veryron, un Bugatti Grand Sport Vitesse, un Ferrari Enzo, un Koenigsegg Trevita, un McLaren 650s, un Rolls-Royce Phantom Drophead, un Rolls-Royce Ghost, o un Rolls-Royce Wraith. ¿El último? Un Grand Sport Convertible de tres millones de euros el día antes de su pelea con McGregor”, reconoce para Top Gear España.

Siempre contacta él mismo con el vendedor y se asegura de que el coche es legalmente de su propiedad, además de su estado de mantenimiento. Y siempre trata de conocer en persona al comprador, entre otras cosas, para averiguar de qué clase de sus tres tipos de clientes básicos es: “el coleccionista, que quiere coches solo para guardarlos y quizá jamás utilizarlos; el conductor, a quien no le importa si está un poco más usado porque le va a añadir un montón de kilómetros más; y el Big Boy, que compra sin parar y trata de conducirlo todo, pero jamás tendrá tiempo para ello”.

Cuando alguien le llama, viaja a donde haga falta por todo el planeta para tomarse un café y charlar de posibles adquisiciones, sobre las que establece un precio de mercado junto al comprador. Según admite, el país de procedencia no implica diferencia alguna en su negocio: “las diferencias solo las marca el dinero: una persona que se va a gastar tres millones de dólares en un coche no se comporta igual que otra con un presupuesto de 800.000”.

Una vez llegó a vender 93 vehículos en una única transacción, “aquello fue muy estresante y exigente para mí, pero aprendí mucho, sobre todo, acerca de mis capacidades”. Otro día, Mayweather le llamó a las tres de la mañana porque necesitaba un nuevo Bugatti en 12 horas, “conseguí entregárselo en 11, pero sí, este ha sido el encargo más exótico que he recibido hasta ahora”. No le hace mucha gracia que le llamen personal car shopper, él prefiere “cazador de supercoches” o solo Mr. Bugatti y todavía no tiene clientes en España, pero quizá eso quizá es solo porque ni a ti ni a mí nos ha tocado el euromillón...